domingo, 28 de septiembre de 2008

Preocupación

Cortesía Carla Pijoan
http://cargocollective.com/carlapijoan/Carla-Pijoan
Uno de los grandes recursos de los que dispone el ser humano a nivel cognitivo es la capacidad de anticiparse, de prever las cosas que puedan llegar en el futuro, de anticiparse al devenir de los acontecimientos, es lo que llamamos preocupación.
Un análisis de la propia palabra ya nos indica el significado literal. Se trata de una palabra compuesta, "pre - ocupación", o sea, "ocuparse antes de".
Este recurso es muy útil para la supervivencia, sobre todo cuando el ser humano estaba a merced de los elementos.
Socialmente es un recurso excelente, nos permite ubicarnos dentro de la red social a la que pertenecemos y no sufrir ante las variaciones y crisis, nos permite orientar nuestros esfuerzos y definir con criterio nuestras metas.
Pero toda habilidad tiene un lado oscuro. Si se aplica de manera continuada por que nos ha ido muy bien en el pasado, se darán situaciones en la que no sea conveniente utilizarla, porque no será productiva y nos provocará pensamientos obsesivos.
El pensamiento obsesivo se podría definir como un bucle mental y emocional que nos confunde y acaba por generar un gran sentimiento de impotencia que dificulta la toma de una decisión, ya que la impotencia siempre se hermana con la ansiedad y la incertidumbre.
En estos momentos de pensamiento obsesivo, es importante tener en cuenta un detalle, que es el que nos permitirá romper este nudo gordiano. La preocupación está orientada al futuro, a tomar una serie de decisiones que nos faciliten el mismo. Pero, es posible que hoy no tengamos información suficiente para tomar estas decisiones, de manera que la preocupación no es productiva. Convendría recordar entonces que cuando llegue el momento tendremos más información que en la actualidad y que en el momento presente nos conviene reservar energías, y permitirnos otras ideas, emociones y conductas que nos permitan afrontar la futura crisis con una perspectiva adecuada.