domingo, 19 de octubre de 2008

Más atracción física

Hace unos días expuse el experimento del puente de aguas turbulentas y sobre como éste experimento provocaba una respuesta emocional intensa en los chicos que lo cruzaban, confundiendo su activación emocional con "atracción física". Desde luego a todos nos fastidia creer que nos autoengañamos tan fácilmente, y desde la psicología social se han realizado más experimentos en esta línea, cuyos resultados apuntan en la misma dirección.
El equipo de investigación del Dr. Gregry White (1981) se propusieron alterar a un grupo de sujetos varones. La metodología para conseguirlo fue triple. A un grupo los hicieron correr, a otro le pusieron una cinta de un humorista y al tercero le pusieron otra en la que se describían los detalles espeluznantes de la muerte de un misionero a manos de una muchedumbre. Había un cuarto grupo al que no se intentó provocar de ninguna manera, por lo que no existía ninguna activación fisiológica previa (grupo control).
A continuación se les hacía visionar una cinta en la que una mujer atractiva explicaba su vida familiar y sus experiencias en la universidad. Luego tenían que rellenar un cuestionario sobre esta mujer.
Los tres grupos que estaban fisiológicamente activados consideraron a esa mujer más simpática, graciosa, excitante y sensual que los hombres que no fueron activados, además de que los primeros dieron puntuaciones más altas cuando se les pidió que confesaran en qué medida les gustaría conocerla, trabajar con ella, tener una cita y besarla.
Pero, al repetir el experimento con una mujer poco atractiva se produjo el efecto opuesto, los hombres que habían sido activados previamente la consideraron menos atractiva que los que no fueron activados.
No conozco estudios en los que las sujetos experimentales fuesen mujeres, pero no me cabe duda que los resultados serían casi idénticos, no en vano la fisiología compartida es casi idéntica.
El enamoramiento depende tanto de los factores externos como de las reacciones emocionales de la persona que se enamora, y una incorrecta interpretación de estas últimas puede provocar vinculaciones sentimentales que no nos resulten satisfactorias.
Algunas teorías afirman que buscamos pareja de un similar estatus, como mínimo, que aquél con el que construimos nuestra identidad, pero supongo que estos experimentos reflejan las interferencias que puede sufrir el sistema de evaluación de posibles parejas, sesgando nuestra percepción para bien, y en otros casos para mal. El problema es que cuando es "para bien", pensamos que es un mérito nuestro, y cuando es "para mal" lo achacamos a la mala suerte, desgracias, etc, así nos quitamos responsabilidad sobre las consecuencias que nos estén por llegar por nuestros errores y nuestras "no decisiones", por que como piensan mucha gente, no escogemos de quien nos enamoramos...