domingo, 22 de febrero de 2009

El efecto "French Kiss"

Las relaciones de pareja tienen un principio y tienen un final. Lo que ocurre en medio es como el ajedrez, una posibilidad infinita de movimientos que hace que cada relación sea única. Pero, al igual que en ajedrez hay una serie de movimientos estándar que forman parte del juego y tienen su propia idiosincrasia. Uno de los que llama más la atención es el de "El Renacimiento".
Contextualicemos. Una pareja se conoce, se enamora (aunque hay algunas que no, pero eso es otra historia) y en la vivencia de la relación comienzan a perderse en un mar de prejuicios y expectativas, que hacen que la pareja se ancle entorno a un conflicto irresoluble, en el cual cada uno renuncia a ser importante para sí mismo y llega el hastío.
Hay parejas que se quedan en este punto, envejecen soportándose y punto. Pero hay otras, la mayoría, que no, y entran en crisis.
Pero las crisis son muy variadas en su forma, las más sanas son aquellas que se inician de forma conjunta y con interés de salvar o finiquitar la relación, pero hay un montón de ellas que se inician por interés egoísta, para dejar al otro/a en una huida del tipo "ahí te pudras".
El abandonado tiene dos opciones, o vegetar esperando que el otro/a vuelva (esto implica pensar la vida, no vivirla), o intentar reencontrarse y volver a vivir.
Aquellas y aquellos que lo consiguen se sienten muy bien, renacidos, con una nueva perspectiva de la vida después de haber atravesado el desierto de la angustia y haber reencontrado la alegría de vivir. Evidentemente esto suele conllevar una nueva relación de pareja que se vive en toda su intensidad.
A todo esto el abandonador/a no suele encontrarse a gusto (tal vez porque no sabía lo que buscaba) y al ver el cambio de su ex se apremia a intentar volver a iniciar la relación, puesto que ve aquella luz que una vez le enamoró, pero ahora él/ella ya no brillan, por lo que lo más probable es que se convierta en una especie de parásito que vuelva a hundir al "brillante".
Una de las películas que mejor explica este fenómeno es French Kiss, comedia de Lawrance Kasdan, donde Meg Ryan viaja a Francia para que su ex vuelva con ella pero se acaba descubriendo a ella misma y empieza a tomar decisiones sobre su vida. El mejor momento es cuando ella está a punto de reiniciar la relación con su ex y de cómo se da cuenta de algunas cosas. A veces las comedias, sobre todo las de Kasdan, esconden tesoros que no todos pueden disfrutar, ni entender.