lunes, 16 de febrero de 2009

Regalo vs Premio

Somos lo que decimos y también somos como actuamos.
Tener claras algunas diferencias semánticas es de especial importancia para poder interpretar la conducta de los demás y poder defender la propia, sobre todo en momentos de conflicto, sin que nuestra seguridad emocional se vea minada.
Relacionalmente una de las distinciones que más problemas provoca es la que existe entre el premio y el regalo. En la mayoría de ocasiones porque damos un regalo y el otro interpreta que ha recibido un premio. Las consecuencias son muy diferentes, ya que el premio es algo que uno se gana con un esfuerzo, mientras que el regalo es un placer del que lo otorga, no un mérito del que lo recibe.
Si pensamos en las relaciones paterno-filiales vemos que en los últimos tiempos se ha generado una nueva figura, la del pequeño dictador, que no es más que un niño que está acostumbrado a recibir regalos pensando que recibe premios, y cuando no los recibe muestra su descontento de muy diversas maneras. Obviamente todas ocasionan problemas a los padres. Estos, no entienden qué pueden haber hecho mal, pero conviene recordar que nunca es tarde para educar adecuadamente, y que si el "niño" (generalmente es un adolescente e incluso preadulto) se enfada no pasa nada, incluso puede ser una señal de que hacemos las cosas bien.
Los regalos y los premios pueden ser materiales pero también emocionales, y que a menudo son estos últimos los que más problemas ocasionan, por que son los más difíciles de evitar.
En las relaciones de pareja se da una situación parecida, cuando uno premia continuamente creyendo que está haciendo regalos. También puede ser que el "premiado" lo esté interpretando mal, pero tal vez el aspecto que deberíamos trabajar es el regalarnos y premiarnos a nosotros mismos, pero es que a menudo es dificil recordar lo importantes que somos en nuestra vida...