viernes, 26 de junio de 2009

Keep passing the open windows

A veces una llamada cambia tu percepción de las cosas y de las personas. Siempre queremos creer que controlamos nuestra realidad, pero en ocasiones el sufrimiento encuentra grietas por donde hacer reventar las ilusiones. Y te quedas mal, muy mal. Primero en shock. Luego llega una mezcla de emociones que es salvaje, rabia, culpa, tristeza, más rabia... colapsan tu mente y no sabes cómo dirigirlas ni cómo aprovecharlas... y durante mucho tiempo has querido creer que sabías qué decir, cómo reaccionar, pero no, no sabes reaccionar, a veces no.
Con el tiempo comienzas a analizar la noticia, revisas la información que tienes, la desmenuzas, y te obsesionas, pero no encuentras nada a lo que agarrarte, y eso duele mucho.
Es curioso cómo funciona la mente humana, pasa el tiempo y quieres creer que la creatividad se te disparará, pero no, te quedas seco, vacío.
Pero pasan unos días y llevas un cd de Queen en el coche y escuchas una canción que es de mis preferidas, una de esas que antes escuchabas a menudo, porque la letra te gusta y tiene un ritmo animado, pero poco conocida en general.
De repente conectas las emociones con la canción que escuchas, la letra arroja luz sobre las emociones, encuentras aquellas palabras que no sabías cómo expresar, y tras el impacto te sientes un poco mejor. La vuelves a escuchar, un par de veces más, y te das cuenta que alguien hace más de 25 años describió como te sientes, que ha sabido decir aquellas cosas que te han quedado por decir, si hubieses sabido que era muy necesario que las dijeses.

Ya es tarde para decirlas, pero a lo mejor alguien las puede aprovechar, o al menos eso quiero creer.



Para M.C.V.