domingo, 15 de noviembre de 2009

Demanda o queja

- No se fue muy contento mi amigo de la visita contigo.
- ¿No? Bueno, eso no es necesariamente malo.
- Supongo que no, pero me resulta muy extraño.
- ¿Por qué?
- A mi me ha ido bien iniciar la terapia y creo que le estoy sacando mucho partido.
- Eso es cierto, le estás sacando mucho partido. Estás realizando cambios muy importantes.
- Sí, pero es que mi amigo tiene más necesidad que yo de realizar cambios en su vida.
- Eso es discutible. Tú lo percibes así, incluso le atribuyes esa necesidad, pero no sabes cómo lo está viviendo él.
- Pues no lo entiendo. Yo creo que él está sufriendo mucho, diría que más que yo entonces, y un proceso de terapia le iría muy bien, y creo que tú le puedes ayudar.
- Yo también lo creo.
- ¿Entonces?
- Mira, estoy de acuerdo contigo en que necesita ayuda, y que yo se la puedo ofrecer, me siento capacitado para ello, eso es una condición necesaria pero no suficiente.
- ¿Qué más condiciones son necesarias?
- Es necesario que él desee ayudarse a sí mismo y que acepte la ayuda de los demás en las condiciones que ellos se la puedan ofrecer. Si no es así, lo único que hace es elaborar quejas, y en la vida las quejas sirven de poco, como mucho las puedes aceptar y reconoces, pero no ofrecen posibilidades de cambio.
- Pero si no hay queja qué es lo que hay.
- Demanda de ayuda. Eso te posiciona en un rol activo. El que se queja es pasivo, y muchas veces agresivo. ¿Cuándo decidiste que él necesitaba ayuda de un profesional?
- Lo decidió él. Pero, claro, lo decidió porque yo dejé de ser su paño de lágrimas. (...) Ahora que lo pienso, primero se quejó de mi cambio, y un día le contesté que tenía que hacer algo con su vida, que yo no le iba a resolver más los problemas.
- Vamos que decidió que quería hacer en parte lo que has hecho tú.
- ¿En parte?
- Sí, buscó a alguien, pero tú lo hiciste para demandar ayuda y él para quejarse. En terapia trabajamos con demandas, no con quejas.
- Pues yo no me veo diferente de él.
- Sí que eres y eras muy diferente, por eso has decidido comenzar un proceso de terapia y él no.
- ¿Podrías explicarme esa diferencia?
- Desde luego, pero lo haré otro día.