domingo, 17 de enero de 2010

House MD

Muchos son los motivos que nos pueden llevar a seguir una serie de TV, y todos respetables. En el caso de House MD, estos motivos varían en función de la persona con la que hablas, podría hacer una lista enorme, que van desde los que disfrutan con las psicopatadas del Doctor, hasta aquellos que disfrutan de sus fascinantes guiones.
En mi caso, lo que me ha enganchado a la serie es capacidad de ser poliédrica, de mostrar de manera fácil y amena cuestiones sobre las que la mayoría de las personas interesantes que conozco necesitan enormes artificios para explicar.
Si tomamos el primer episodio, en el que se presentan los personajes y sobre todo a él, hay un momento al final en el que intenta convencer a la paciente de que acepte un tratamiento ya que no padece una enfermedad incurable. Los motivos que ella esgrime para rechazar el tratamiento es que desea "una muerte digna" a lo que House contesta que la muerte siempre es indigna, duele y huele mal, lo que sí se puede es llevar una vida digna, y por ende, es imposible tener una muerte digna sin una vida digna.
En otro episodio explica a la Dra 13 que no la despide a pesar de haber causado la muerte del paciente porque sería un desperdicio echarla ahora, ya que ha aprendido algo a un gran coste. Si vuelve a fallar sí que la despedirá.
Algunas reflexiones sobre la religión son deliciosas y hasta geniales, con las que es imposible estar en desacuerdo "Díos no es el opio del pueblo, es el placebo del pueblo".
Y un enorme etcétera.
Por otro lado, uno de los mejores momentos del miércoles era comentar con J. Frau el episodio del día anterior. Sólo él sabe lo mucho que echo eso en falta...

Por favor vivid esta serie, no es perfecta, pero es inmensa!!!