sábado, 20 de febrero de 2010

El bucle de Boyd - II

Hace casi dos años me hicieron una petición a la que no me puede negar, hacer una entrada en el blog de Marta. Escogí un tema complejo, el de los reproches que se dan después de haber finalizado la relación de pareja y los intentos de manipulación confusional por parte de uno de los integrantes, intentando darle un abordaje más sencillo en base a una teoría militar, la del bucle de Boyd. Para ejemplificar mi visión de esta teoría puse como ejemplo una carta de respuesta a una pareja no muy sana y las reacciones fueron impresionantes. Podéis leerlo aquí.
Evidentemente yo sabía lo buena que era esa carta, sólo estuve esperando durante meses para encontrar la manera de publicarla que hiciese gala a su autora. Para los que tengan dudas sobre cómo está ella después de leer aquel post, diré que sigue muy bien.
Pero dicen que la realidad es cíclica, que las mareas son más constantes que las olas, y pasados dos años he tenido la oportunidad de leer otro email de contenido similar:
Un ex que intenta manipular y que recibe una respuesta "sorprendente" que le deja sin capacidad de reacción, tal y como postula Boyd en su teoría. No creo que sean necesarios más detalles, la respuesta que os transcribo a continuación es ejemplar.

Hola!
Al final no te escribí con respecto a lo que me has comentado en tu último mail.
No sé dónde está tu cabeza y es algo que no puedo saber. Simplemente quiero volver a repetirte que por cuanto me conoces nada de lo que hago o dejo de hacer está movido por el resentimiento o el rencor.
El paso del tiempo solo va dejándome en claro la decisión que tomaste con respecto a nuestra pareja, y desde allí no puedo hacer otra cosa que actuar desde donde me siento seguro. Me encantaría estar más cerca claro, sin embargo, no quiero confundirme y he puesto un tiempo mío en el cual no quiero mentirme. A ti se te terminó el amor. Yo, he de terminarlo a la fuerza y eso marca ritmos diferentes.
En ese proceso no quiero acercarme esperando recibir respuestas que quizás solo están en mi cabeza o en el recuerdo de lo bonito que se me hace una imagen nuestra.
Y a veces, la línea que nos separa de la esperanza y el deseo es muy delgada…y uno se arriesga mintiéndose un pelín para darse una hostia más y luego de estos meses simplemente no puedo darme el lujo de caer en esa tentación, porque ya lo he hecho y aprendí.
Cuestionar este entretiempo no tiene sentido. Es un proceso, y quizás en otra circunstancia de mi vida hubiera puesto la otra mejilla para intentar que entendieras cada paso que he dado.
Pero todo esto significó demasiado para mí y en mi vida como para que ahora me esfuerce en eso.
Sabes que te quiero mucho y te extraño que no veas. Sentir esas emociones, no quiere decir que sea lo correcto. Actuar desde esas emociones, no quiere decir que sea lo acertado. Sentirlo, tampoco está mal. Pero actuar conforme a ello, no quiere decir que sea lo que ahora me de las respuestas que necesito.
De qué me serviría actuar por lo que siento? Por una vez he comprendido el prejuicio que implica pensar que todo lo que viene del corazón es siempre lo que nos conviene, y aunque duele, agradezco estar aprendiéndolo, o estaría ahora muy cerquita tuyo antes de sanarme y yendo a contracorriente de la realidad.
La vida nos presenta dudas u oportunidades. Ante la duda, yo quiero elegir oportunidades.
Un beso.

Me encantaría publicar los mails que recibieron los autores de estas respuestas, lamentablemente no es ético hacerlo, pero creo que muchas personas tienen mails de este tipo y les falta la capacidad para cambiar el eje de sus respuestas. Es un placer tener la posibilidad de asistir a estos procesos de cambio. Si alguien desea compartir el suyo, este blog queda a su disposición.