lunes, 25 de abril de 2011

Autodefinición por oposición

- Debo ser la única persona que queda que todavía no tiene facebook.
- Vaya. Lamento contradecirte pero tengo la sensación que a nivel mundial sois una inmensa mayoría. Lo que me resulta curioso es que eso parezca ser un motivo de orgullo para ti.
- Es que no me gusta lo que le gusta a la mayoría. ¿Es eso malo?
- No. Es todo caso sería estúpido pero no necesarimente malo.
- ¿Cómo?
- Cuando uno se define por oposición a la mayoría está renunciando a su libertad de elección, no está haciendo un estandarte de ella, como tú pareces creer. Te posicionas como rebelde o como reaccionario ya que tu decisión se vincula a la que previamente selecciona la mayoría.
- ¿Intentas decirme que para ser libre tengo que te tener un perfil de facebook?
- No. Lo que intento decirte es que no tenerlo no es una condición demostrativa de libertad personal.
- No te pillo.
- Lo que intento decir es que una cosa es la actitud personal, ser libre, y otra la conducta, lo que hagas o no hagas, lo que decidas o no. La definición por oposición es una libertad irreal, muy sesgada.
- Jóder...
- ¿Te explico una anécdota a ver si así soy más concreto?
- Dispara.
- Yo me compré el primer teléfono móvil hace 14 años. Yo no soy ningún innovador pero por aquel entonces no había mucha gente que lo tuviese, o al menos no tanta como hoy.
- Hay quien tiene varios...
- Correcto, ahora ya son ordenadores, agendas, cámara de fotos, teléfono móvil, vamos, son un mini ordenador. Pero si te fijas, para mucha gente un télefono móvil es donde depositan su orgullo.
- Es verdad, yo tengo una amiga que cambia cada pocos meses de teléfono, enseguida se cansa.
- Exacto. Yo también tengo amigos así, que necesitan tener siempre el móvil y lo consultan a todas horas, incluso tienen dos móviles,uno personal y otro de trabajo. Parece que no pueden vivir sin él, pero, ¿sabes una cosa?
- ¿Qué?
- Cuando yo me compré el móvil hace 14 años para poder trabajar como autónomo, todos se reían de mi, decían que yo había caído en el consumismo y hacían bromas sobre mi como si yo fuese un broker de bolsa. En definitiva, ellos se definicían por oposición a una realidad nueva, ¡y decían que ellos nunca tendrían teléfono móvil!