lunes, 25 de julio de 2011

La teoría del Péndulo

Hace pocos días alguien hizo un comentario en una entrada que edité hace tres años sobre la teoría del isomorfismo. En el comentario planteaba la conveniencia de realizar un "reset" para empezar de cero y no caer en la creación de estructuras isomórficas. Cuando lo leí me acordé de una de las teorías que explicamos en terapia para la realización de cambios estructurales, la teoría del péndulo.
Esta teoría tiene su base en la frase "hay que cambiarlo todo para que no cambie nada" de "El Gatopardo".
Pongámonos en situación. Tomad una hoja en blanco y dibujad una pequeña cruz. Debajo de ella escribid "MAL". Esta cruz representa el estado actual de alguien que sufre. Al otro lado de la hoja haced otra cruz, bastante alejada, y debajo de ella escribid "DE PUTA MADRE". Esto representa la situación de alguien que sufre y desea un cambio inmediato, de los de tipo "reset". ¿Y qué hacemos cuando estamos mal y queremos estar bien de golpe? Pues realizamos un cambio inmediato. Este cambio lo vamos a representar con una flecha que una las dos cruces.
Ya hemos realizado el cambio. Pero algo no funciona. ¿Por qué? Porque donde estabamos mal llevabamos muchos años de experiencia, teníamos un bagaje acumulado que nos daba seguridad. Esto en castellano se llama "más vale lo malo conocido que lo bueno por conocer", mientras que en el cambio nos sentimos inseguros, somos incapaces de preveer los acontecimientos futuros, todo es nuevo, y empezamos a añorar lo conocido. Este es el motivo por el que en la gran mayoría de casos se produce un retorno al punto inicial, donde estábamos mal.
Bien, ahora debajo de la segunda cruz, escribiremos la palabra "ESPERANZA". Porque así es cómo nos sentimos después de haber comprobado que aquel cambio que añorábamos no es útil. Se puede repetir el patrón básico de manera continuada, de manera que se repita el movimiento pendular de ida y vuelta, generando un estado de confusión y desesperanza angustioso, ya que confirma la propia incompetencia, y que no hay nada que se pueda hacer para vivir mejor. Una auténtica profecía de autocumplimiento.

¿Cómo se soluciona este bucle?