lunes, 7 de mayo de 2012

Regalo de Alta


 -        La verdad es que creo que ha llegado el momento de dejar de vernos, creo que ya no necesito más sesiones de terapia.
-        Yo también lo creo.
-        ¿Sí? Hace un tiempo que me siento fuerte, pero buscaba algún tipo de señal que me lo hiciese más evidente.
-        Entiendo que esa señal ha aparecido…
-        Sí. Y te puedo asegurar que es inequívoca.
-        ¿La puedes compartir conmigo?
-        Estoy deseándolo. La verdad es que ha sido una guinda perfecta al proceso de terapia.
-        ¿Tiene que ver con tu antigua compañera inseguridad?
-        Sí. Y ha sido uno de esos regalos que me comentabas que tanta alegría dan, inesperados, y por parte de mi pareja.
-        ¿Ella? Si supiese lo mucho que hemos hablado aquí de ella…
-        Sí… Fíjate, y todo por mi miedo a comunicarme abiertamente con ella por miedo a perderla. Visto ahora me siento un estúpido, lo veo todo tan diferente ahora…
-        Bueno, para eso sirve la información, para construir nuevos prismas con los que ver la realidad…
-        ¡Y tanto! Me parece tan extraño visto ahora… yo que creía que no estaba a su altura y que por eso me dejaría cualquier día, comiéndome la cabeza sin parar y sufriendo por cualquier cosa que pudiese pasar, analizándolo todo…
-        Sí, se te da bien, pero ahora sabes hacer más cosas para cuando no toca.
-        Bueno, a lo que iba, este fin de semana nos fuimos de turismo rural, y lo hemos pasado genial. En un momento determinado ella me dijo que no había entendido para qué iba a terapia, pero que me notaba más relajado, más tranquilo. Yo le dije que de eso se trataba, de estar mejor, y que era también un beneficio para ella.
-        ¿Qué te dijo ella?
-        Me dijo que sí, que ella disfrutaba de este cambio, que no había notado que nada me fuese mal, que para ella había sido un soporte muy importante en su vida. ¡Yo! El dudoso.
-        Menuda sorpresa…
-        Pues eso no fue todo. Me dijo que se sentía muy afortunada de estar conmigo, que en muchas de las cosas que había tenido que superar mi apoyo había sido esencial, y que no sabía que puede deparar el futuro, pero que el hecho de compartir la vida conmigo en los últimos años hace que haya valido la pena.
-        ¡Toma ya! Eso es un pedazo de regalo…
-        Sí. Casi se me saltan las lágrimas… y entonces decidí que no necesitaba más de tus servicios.