jueves, 9 de agosto de 2012

Si me amaras de verdad...

"Si me amaras de verdad me considerarías tu prioridad, por encima de cualquier otra circunstancia de tu vida. Deberías saber ya que el amor es entrega, sacrificio, desear el bienestar de la persona amada por encima de todas las cosas.
Si amaras de verdad no necesitarías tanto tiempo para ti. Estar conmigo sería suficiente satisfacción. ¿Para qué necesitas amistades cuando puedes tener amor? Está claro que si no es así es porque yo no te lleno de la misma manera que tú me llenas a mi.
Si me amaras de verdad sabrías quién soy, cómo actúo, qué deseo, qué temo y qué aborrezco. Hablaríamos el idioma de las almas, y en este idioma no es necesario decir nada para saber cómo se siente la persona amada.
Si me amaras de verdad sabrías que si sufres por mi causa, es un sufrimiento noble, puro, es el camino que has de seguir hasta el final1amor. El amor es la emoción más pura de todas y por ello se encuentra en lo más profundo de cada uno de nosotros. Llegar a él implica atrevesar con valentí y sin miedo todas las defensas, asumiendo que eso duele. Pero, si me amaras, si realmente me amaras, sería un precio que pagarías gustosamente.
Si me amaras de verdad no permitirías que nuestra relación esté tan descompensada. Yo vivo por ti, deseo ser tu pilar. Estaré ahí para lo que necesites, pero necesito saber que tú harás lo mismo por mi. No puedo entregarme incondicionalmente a ti, como te mereces, si tú no lo haces conmigo.
Si me amaras de verdad no necesitarías esta carta para entenderme. Puedo aceptar que no seas perfecto, que todavía no seas mi alma gemela, pero poca paciencia me queda para esperar ya, y eso lo has de entender.
Si me amaras de verdad no verías esta carta como tu última oportunidad. La verías como lo que en realidad es, una opción de cambio para dar ese giro de 180 grados que es necesario en tu vida.
Si me amaras de verdad no estarías leyendo, estarías viniendo a mi con alegría, para que podamos convertirnos en uno, como merecemos, para poder superar la mediocridad que somos por separado. Así podríamos dar un verdadero sentido a nuestras vidas.
Déjame llegar a ti de verdad, demuéstrame que me amas incondicionalmente.

Recuerda que yo sí que te amo."

- ¿Esto es amor puro?
- Tal vez, pero desde luego va regado de cianuro y dependencia.
- Eso pensaba yo.
- ¿Qué vas a hacer?
- Voy a hacerle caso. Es lo mínimo que puedo hacer ante tanta honestidad.
- Entiendo. ¿De qué te has dado cuenta?
- De que así no la amo. No puedo amarla como ella desea que la ame.
- ¿Por qué?
- Porque no puedo dejar de ser yo. Mi vida no es mediocre. No tengo la culpa de que ella considere que la suya sí lo es.