"La principal decisión que has de tomar en cualquier
momento es si deseas que la obra de tu vida sea
una comedia o una tragedia... "
- Una de las fantasías que más daño nos hace es la de creer
que tenemos el control absoluto de nuestra vida.
- ¿Acaso no es así?
- ¿Absoluto? No. Cada uno de nosotros somos capaces de
gestionar un control relativo.
- Pero yo soy el protagonista de mi vida.
- Sí, ¿y?
- Que yo decido, que yo tengo el poder de hacer aquello que
deseo.
- Bueno…, yo diría que decidimos lo que queremos dentro de los
márgenes que nos marca lo que podemos… y que conste una cosa: estoy de acuerdo
contigo en que eres el actor protagonista de la obra de tu vida, pero, ¿estás
solo en esta representación?
- No, hay mucha más gente implicada.
- Todos son actores secundarios…
- Sí, ya me quedó bastante claro que soy la persona más
importante de mi vida.
- ¿Eres el director de la obra?
- Quiero creer que dirijo mi vida…
- Sí, pero el director de la obra no sólo dirige al
protagonista, también dirige a los secundarios.
- Es que yo no quiero dirigir a nadie
- Entonces los secundarios van a su bola. Pero eso tiene
arreglo.
- ¿Sí?
- Claro, dependerá de la calidad del guión. ¿Eres el guionista
de tu vida?
- Sí, ¿no? Si yo no soy el guionista de mi vida, ¿quién más lo
puede ser?
- Cualquiera. Tus padres, tu pareja, tus abuelos, ves a saber.
- Pero eso significaría que sólo soy una marioneta.
- Sí.
- Pero…
- ¿Cómo se sentiría una marioneta si pudiera rebelarse?
- Libre. Pero, ¿y si no puede liberarse?
- Eso deberías saberlo tú.
- ¿Yo? Claro… yo siempre me he sentido vacío.