Las imágenes que acompañan al texto son de Ester Sánchez Ràfols, de PipiripipStudio.
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"Todos mis amigos lo hacen y siempre me ofrecen, además,
así se siga más y, al fin y al cabo de algo hay que morir, ¿no?"
De lo que uno no es consciente durante los años de juventud, es que la vida tiene un principio y un fin. Cuando uno es joven la acción es intensa y el pensamiento inmediato, sin más: la fiesta del sábado, el chico o la chica con la que salir esa mañana, lo que se dirá en la reunión de empresa de esa tarde. No se dedica tiempo a reflexionar sobre la importancia de vivir una vida de calidad. Y menos a pensar que, a veces, el fin aparece cuando uno menos se lo espera. En primavera todo se encuentra en flor.
Las motivaciones por las que una persona comienza a fumar no son siempre conscientes o explícitas. Es muy probable que alguien que prueba el tabaco por primera vez no le guste y aunque, en las primeras caladas la adicción química no se haya consolidado, ya podemos comenzar a hablar de cierta necesidad psicológica. Quien empieza a fumar percibe enseguida ciertos beneficios sociales en el hábito, y al cabo de unos meses, la creencia de que fumar un cigarrillo produce beneficios psicológicos se hace patente, sobre todo por una supuesta reducción del estrés...
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La mayoría de los fumadores experimentan el síndrome de abstinencia nicotínico tras la interrupción o reducción del consumo. Depresión, irritabilidad, ansiedad, desasosiego, insomnio y dificultades en la concentración son algunos de los síntomas. De hecho el síndrome de abstinencia causado por factores químicos desaparece mucho antes que las ganas de fumar que tenemos psicológicamente. Es más, al cabo de un corto tiempo de la retirada del consumo aparece un aumento del apetito y del peso. La nicotina es una droga que produce cierta anorexia, y una vez abandonada el cuerpo reduce su ritmo metabólico.
"Es que si dejo de fumar será terrible. No lo podré soportar
porque no sé qué haré sin fumar y me voy a morir"
Cabe decir que no todos los fumadores superan la primera etapa de dejarlo. Llega un momento en que aparece la ansiedad causada por la discrepancia entre la razón y la emoción. El deseo de dejar de fumar y la dificultad de conseguirlo. Lo que debería observarse como algo ventajoso para nuestra salud pasa a percibirse como algo nocivo. ¿Si es tan bueno para mi salud porque me siento mal, peor? ¿Por qué expectoro tanto ahora si cuando fumaba no lo hacía? Porque tu cuerpo está limpiando la porquería acumulada durante mucho tiempo... Y limpiar tiene un coste, pero no todos tienen la tolerancia de pagarlo.
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Es aquí cuando la intervención psicológica es necesaria para terminar con la adicción al tabaco. Esto puede combinarse con la utilización de parches o chicles que actúan sobre la fase aguda. No olvidemos que en los últimos años han aparecido nuevos medicamentos como el Champix o Sintabac que han facilitado mucho las cosas a quienes desean dar este paso.
La adicción al tabaco llega muy pronto, cuando se lleva poco tiempo consumiendo, y viene muy mediatizada por agresivas campañas de marketing de las tabacaleras con el objetivo de vender su producto. Es justo entonces que los consumidores tengan acceso a la información sobre el tabaco para poder decidir mejor.