lunes, 7 de mayo de 2018

La decadencia hacia la dependencia

Al entorno sufriente de Lucía les gusta recordarla tal y como era antes, hace ya varios años, cuando se mostraba como una mujer activa, apasionada, extrovertida, llena de vida... No se cansan de repetir que era una persona libre, sin miedos, alegre e ilusionante.

¿Qué pasó para que alguien que irradiaba tanta luz se haya convertido en lo que muestra ser hoy?

La teoría psicoterapéutica afirma que lo más probable es que Lucía pasase a centrar toda su atención y recursos en una única ilusión, de entre todas las que tenía. Y esto es confirmado por el entorno sufriente de Lucía de manera unánime, y todos culpan a Pedro.

Pedro no es percibido como alguien potencialmente dañino, al menos no al principio, ya que ella sólo se le dio el mismo trato que a los demás ligues anteriores. Al comienzo sólo era uno más. Tal vez uno un poco más enamorado que los anteriores, un poco más dependiente.

"Al principio te entraba muy fácil por los ojos, tan atento, tan correcto, tan implicado... Pero poco a poco nos acabamos dando cuenta de que había un fondo muy negro bajo esa reluciente superficie" "Al principio no lo parecía, pero te acabas por dar cuenta que se trata de alguien muy inseguro, que se esfuerza en aparentar que no lo es" "Es un psicópata" "Es un maltratador" "Es una sanguijuela" Las reacciones de las amistades de Lucía son contundentes, y aquí sólo citamos las menos ofensivas.

¿Cómo se hace? ¿Cómo se consigue un grado de sumisión tan alto de alguien tan (aparentemente) independiente?

Lo primero es conseguir llamar la atención de la persona deseada y entrar en su circulo habitual centrando su atención en aquellos aspectos más brillantes de los que, el conquistador" se siente más orgulloso, para resultar atrayente. Pero esto no es suficiente, además, hay que agasajar a la persona deseada de manera continuada con recursos y atención, casi hasta la saturación. Sin pedir nada a cambio. Hacer creer que tu intención es altruista, porque eres así.

Luego cuando la relación comienza a estar consolidada, hay que atacar a la culpa. ¿Cómo? Buscando cualquier pequeña excusa para señalar una ofensa y aprovechar para señalar tooooodas las cosas buenas que hacemos por la persona amada y lo poco reconocida dos que nos sentimos.

Este es el momento crítico. Si no conseguimos que la persona caiga en la culpa, nada valdrá todo el trabajo previo realizado. Conviene hacer hincapié en lo frustrados, poco reconocidos, rechazados, no correspondidos que nos sentimos. ¡Con todo lo que hemos hecho!

Lo más normal es que haya una demanda de perdón, y se debe conceder. Es más, hay que subir la apuesta. Hemos de pedir perdón nosotros por ser como somos: "Yo ya sé que no debo ser así, tan entregado, tan preocupado, tan fácil... Porque después todo el mundo te decepciona, te falla, y te sientes así. Pero eso ya lo sé..." Esto se llama acentuación de la culpa de forma pasiva, porque centramos la atención de la persona culpable en todo aquello que nosotros somos y hemos hecho por ella.

A partir de este punto sólo se trata de repetir el ciclo buscando que cada vez sea más corto. Esto facilitará que tengamos que sacrificarnos cada vez menos porque la confusión de la persona amada hará que no sé de cuenta de ello, solo verá los fallos que ella comete.

Así fue como Lucía perdió la luz, Pedro se mostró más rígido, más pétreo y los amigos de Lucía pasaron a vivir entre la frustración y la impotencia. Todos los intentos de hacerle ver que no tenía porque vivir así no fueron escuchados por ella, que sólo tenía oídos para él, para descifrarle, para complacerle, para poder volver a tener el Pedro del comienzo...

En un bucle infinito

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