miércoles, 23 de enero de 2019

Lo que te mantiene en la crisis

- Hace ya algunos años, cuando trabajaba en un centro público de salud mental, el psiquiatra del centro me derivó un caso. Yo estaba realizando una suplencia, y la chica había realizado terapia con la psicóloga titular y al parecer no había funcionado. El psiquiatra creyó que un enfoque nuevo podía producir algún tipo de cambio.

- Suena lógico.

- Lo que hice fue leerme la historia que había redactado mi antecesora, y vi que prácticamente yo iba a hacer lo mismo que había hecho ella, de manera que la única esperanza que albergaba residía en que como había pasado algunos meses, hubiese la posibilidad que encontrase algún matiz nuevo que me ayudase a no quedar mal ante el psiquiatra. Pero cuando la visité, seguía en el mismo punto. Llevaba ya más de dos años atascada.

By Ian Espinosa www.unsplash.com
- ¿Por qué?

- La respuesta más habitual es el miedo. Pero en aquella terapia me enfrentaba a la impotencia. La situación que ella estaba pasando era injusta y realmente desesperante, no entraré en detalles, y la actitud que ella tenía no ayudaba. ¿Cómo puede un psicólogo ayudar a alguien en esa situación tan sostenida en el tiempo? La respuesta es clara: Preguntar. Pero claro, las preguntas ya las había hecho mi compañera un año antes y no había funcionado. Yo podía hacer las mismas, pero tenía la casi certeza  de que obtendría las mismas respuestas... Y ahí andaba yo en la visita, predesesperado, pensando en cómo ayudar a alguien que estaba pasando por un momento de mierda, y casi sin darme cuenta resulta que se lo pregunté en voz alta.

- Venga ya...

- Sí, su cara cambió cuando yo se lo pregunté: "¿Cómo puedes aguantar este momento de mierda tan largo que estás viviendo?"

- Menuda cara debió poner...

- No lo recuerdo, creo que no, aunque si lo hizo se sobrepuso rápidamente y me contestó: "Hombre, no te creas, yo también me doy mis homenajes". Como te puedes imaginar a un psicólogo especializado en adicciones la palabra homenaje le despierta mucho la curiosidad.

- Ya te digo.

- Cada día, cuando llegaba de trabajar más de doce horas puteada, compraba un pack de 6 latas de cerveza en el colmado que había debajo de su casa y se las tomaba cenando, o sin cenar.

- ¡Olé!

- Y el fin de semana más, claro. Ella me dijo que esas cervezas nocturnas eran el motivo por el cual ella podía aguantar su día a día, las putadas que le hacía y los silencios cómplices de us familia de origen... No entraré en detalles.

- ¿Y qué hiciste?

- Llamé al psiquiatra para que lo oyese por sí mismo. Evidentemente se produjo un cambio de abordaje en el caso: pasó a ser una terapia de adicciones desde un centro de Salud mental, interdictor para el alcohol y cosas así. El caso es que a las dos semanas ella no bebía, pero no se encontraba bien. ¿Por qué?

- Ya no tenía homenajes...

- Exacto. ¿Y qué crees que pasó?

- Hombre, o dejó el tratamiento o cambió de actitud ante la situación de mierda que vivía...

- Correcto.

- ¿Qué hizo finalmente?

- Afortunadamente lo que su psiquiatra y su terapeuta sustituto le recomendaron muy encarecidamente...