- Sí, y tanto, como si fuese el primer día... ¡Qué vergüenza!
- ¿Por qué?
- Por mi comportamiento... Estaba más perdido que un pulpo en un garaje. ¡Qué cambio! ¿Eh?
- Sí, la verdad es que visto desde fuera, y ahora que han pasado seis meses, se nota un cambio enorme. ¿Cuál crees que ha sido el cambio más significativo que has realizado desde entonces?
- Desde luego reconocer que tenía un problema. Mi pareja me ayudó mucho teniendo las cosas claras y poniéndome un ultimatum, pero si no lo hago yo, no lo hubiese hecho nadie. ¡Y el antabús, por supuesto!
- ¿Por qué el antabús?
- Me da mucha tranquilidad el hecho de tomármelo cada mañana... Es como si me olvidase del alcohol, como si lo borrase como posibilidad alguna. Sé que no tiene ningún efecto psicológico, pero a mi y a mi pareja nos ha ayudado mucho. Ella no tiene que andar pendiente de si he bebido o hay algún riesgo de que beba, y yo no tengo la opción de beber y eso me ha permitido explorar y afianzar otras opciones.
- Sí, creo que ese es el principal efecto... y eso que al principio te resististe a tomarlo.
- Al principio lo viví como una imposición, una sumisión, ¡y me costó! Pensaba diferente, muy diferente, supongo que debido al hecho de que llevaba poco sin beber, pero, ¡qué cambio! Es como si pudiese centrarme en lo que de verdad importa, en aquello que me renta...
- ¿Qué crees que habría pasado si hubieses seguido sin antabús?
- Creo que todo hubiese sido más difícil. Cuando dejé de beber tuve que esforzarme mucho para no beber, las ganas de beber eran constantes, en cualquier momento. Supongo que hubiese tenido que dedicar mucha energía a luchar contra las ganas de volver a beber, y esas energías no las hubiese dedicado a otras cosas más importantes.
- ¿Qué ha resultado más rentable que luchar contra las ganas de beber?
- Yo antes creía que dejar de beber era, con perdón de la expresión, una cosa de echarle cojones. Con eso se arreglaba todo. Ponerle ganas. Pero ahora me doy cuenta que eso no sirve, que no es suficiente para dejar esta adicción.
- ¿Qué es lo que hace falta?
- Trabajar en todo lo que quiero que llene mi vida: Mi pareja, mi familia, mi trabajo, mis amigos... ¡Lo que de verdad me llena! Todo esto me ilusiona, y cada vez que algo sale bien me da un chute de energía enorme, había días que sentía que subía de nivel, no sé si me explico...
- Sí, ¿cómo en los juegos arcade?
- ¡Exacto! Cuando en uno de aquellos juegos superabas un nivel, te centrabas en la ilusión del siguiente y dejabas atrás el anterior.
- ¿Sientes que has dejado muchas cosas atrás?
- Siento que hay muchas cosas que antes consideraba imprescindibles y que a día de hoy me parecen que no son ni significativas. Es increíble la de cosas que me hacían perder mi vida y no me daba cuenta...