Éstas, no son nunca de todo controlables, pero nuestra actitud sí.
Nuestra actitud marca las condiciones con las que decidimos afrontar aquello que la vida nos presenta, por lo que una buena actitud, aunque no te garantiza el éxito, reduce el fracaso, mientras que una mala actitud, aunque no te garantiza el fracaso, sí que minimiza las posibilidades de éxito
Dicen que un rey llamó al consejo de sabios de su corte por que deseaba saber que frase le podría ayudar a gestionar las adversidades, y los éxitos, de una campaña militar que estaba por llevar a cabo. Quería que le grabasen la frase en un anillo que siempre llevaría consigo, así podría consultarla en los buenos y los malos momentos.
El consejo de sabios se reunió y le dieron un anillo en el que estaba grabada la frase "Esto, también pasará"
Y sí, lo bueno pasa, lo malo también. Nosotros decidimos con nuestra actitud cuánto vamos a permitir que nos afecte, y cuánto estamos dispuesto a pagar por ello. Pero, si recordamos que todo pasa, tal ves ni nos afecte para siempre ni paguemos precios desorbitados...