- ¿Y cómo te encuentras habiendo decidido esto?
- Bien. Bueno, bien a ratos. A pesar de esta decisión, no puedo evitar pensar en todo lo que se me va a venir encima en un futuro más o menos breve.
- ¿Qué se te va a venir encima?
- Todo. ¿No te he dicho ya que mi familia es muy caótica? Creo que las llamáis familias multiproblemáticas. A partir de ahora tendré que lidiar con las movidas de mi madre y de mis hermanos.
- ¿Por qué?
- Porque son mi familia.
- Pero tú has renunciado a la herencia...
- Claro que sí. ¿Qué tiene que ver?
- ¿Quieres decir que has renunciado a la parte potencialmente positiva para evitar posibles consecuencias negativas pero que no renuncias a la parte negativa segura?
- Dicho así suena como si fuese tonta.
- Tonta no lo sé, pero injusta sí que suena. Imagínate que fuera al revés...
- ¿Coger el posible dinero y renunciar a las movidas de mi familia? ¡Eso es egoísta!
- (...)
- Ya veo...
- Tu valoración parece sesgada claramente en tu defecto.
- Siempre ha sido así...
- Eso no significa que tenga que continuar siéndolo, ¿no te parece?
- Visto así...
- Lo que te puedes proponer si haces esto, no es cambio fácil, pero has de valorar si es un cambio que vale la pena.
- La pena sí que lo vale, sí, pero difícil va a ser un rato. No me lo van a poner fácil...
- Deberías aceptar que si son adultos y responsables para gestionar una herencia, entonces también lo son para gestionar las consecuencias de lo que hacen, eso que tú llamas movidas...