jueves, 18 de junio de 2009

¿Qué significa "No Discutir"?

- Mira creo que lo que no puedo soportar de mi pareja es que discutimos mucho.
- ¿?
- Pues eso, que no acabamos de estar de acuerdo en nada, y eso me da la impresión de que no beneficia en nada a nuestra relación.
- Depende.
- Como siempre. ¿De qué depende?
- De múltiples factores, pero sobre todo, de la intención con la que se discute. Si es una discusión constructiva o es una discusión para ver quien gana.
- ...
- Por ejemplos hay parejas que sólo discuten una vez, y con esa discusión finalizan la relación.
- O sea, que lo de antes era un espejismo, ¿no?
- Seguramente, también dependerá del motivo de la discusión. Recuerdo un chiste que me explicaron una vez sobre una pareja que llevaban juntos más de cincuenta años y no habían discutido nunca. Y como esto era algo digno de resaltar, les invitaron a un talk-show tipo Diario de Patricia. La presentadora los presentó diciendo que eran un ejemplo de concordia y de buen saber, un espejo en el que se deberían mirar las generaciones jóvenes que parecen tan intolerantes hoy día. El hombre se mostraba callado y serio, la mujer hablaba más, pero mirando con frecuencia la expresión de su marido. Cuando la presentadora pregunto si era cierto que nunca habían discutido en sus más de 50 años de relación, la mujer dijo muy orgullosa que sí, y que no creía que sucediese en el futuro. La gente aplaudía ante tamaña manifestación de respeto mutuo cuando la presentadora les preguntó si el marido era siempre tan callado, la mujer dijo que sólo hablaba cuando consideraba que era necesario. - Le voy a explicar una anécdota que define muy bien la forma de ser de mi marido ante las cosas - dijo la mujer. - Cuando eramos novios me llevó a la feria del pueblo vecino en una carreta tirada por dos burros. Al poco de salir del pueblo, uno de los burros se paró y rebuznó enfadado, negándose a caminar. Mi marido sólo dijo en voz alta "UNO". Para mi sorpresa el burro volvió a caminar. Yo no entendí nada, pero el paseo era tan agradable que me olvidé de ello. Cuando estábamos a medio camino el burro volvió a pararse con la misma actitud, y mi marido dijo: "DOS". De nuevo el burro bajó la cabeza y continuó. Cuando ya estábamos a las puertas del pueblo vecino el burro volvió a pararse y quejarse. Mi marido se bajó de la carreta, sacó la escopeta ¡y le pegó un tiro en la cabeza al burro! - ¡Díos mío! -gritó escandalizada la entrevistadora - ¿Y usted que hizo? ¿No gritó? ¿No intentó pararlo? - Claro que grité, estaba escandalizada, pero entonces mi marido se giró y muy serio me dijo "UNO".

Tal vez resulte que el hecho de no discutir no implique que no haya de qué discutir.