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domingo, 12 de mayo de 2019

Porque no te funciona el uso de Tinder (y otras)

- La emoción que mueve el mundo es el miedo.
- ¿Miedo a qué?
- Al dolor, al fracaso, a perder, a no ganar, a la incertidumbre, a la soledad, al propio miedo... Puedes escoger.
- ¿Y qué tiene eso que ver con Tinder?
- Mucho, creo yo. Lo importante no es la herramienta, es el uso que haces de ella. Y la actitud emocional que te mueve.
Photo by Pratik Gupta on Unsplash

- Entonces, ¿no lo recomiendas?
- No me he explicado bien. Ni lo recomiendo ni lo rechazo. Depende de lo que quieras obtener del uso de esa herramienta. ¿conocer gente? Buena idea. ¿Conocer el amor de tu vida? Mala idea.
- ¿Por qué?
- Bueno, supongo que habrá alguna pareja que se haya conocido por estas aplicaciones y que tenga un funcionamiento sano, pero por lo que todo el mundo me comenta, no es lo habitual.
- ¿Por qué? ¿Qué explicación le das?
- Creo que en el fondo Tinder es un acelerador de procesos, y eso es así para lo bueno y para lo malo. Y lo malo, supongo que es muy evidente. Imagínate que yo te llevo a una tienda de alimentación y te digo que cada vez que entres puedes escoger un producto y llevártelo y probarlo. ¿Qué harás?
- Pues tomar un producto y llevármelo a casa... ¿Un producto cada vez?
- Correcto. El funcionamiento es claro, ¿no? Pero, imaginemos que el producto te ha gustado mucho... ¿Te conformarás con ese producto? ¿O querrás probar alguno más?
- ¡Hombre claro! No me conformaré con lo primero que pruebe, ¿no?
- Vale. Vuelves a ir a la tienda y escoges un producto diferente. Aunque te guste mucho este nuevo producto, ¿querrás volver?
- Imagino que sí. Cuanta más diversidad haya probado mejor escogeré al final, ¿no?
- Posiblemente. Pero, ¿dónde pondrías el límite? ¿Diez? ¿Veinte? ¿Cien?
- No lo sé...
- Y si alguno de esos productos que has escogido se encariña contigo, ¿qué le dices? " Ah, no, perdona, es que sí que me gustas, pero deseo seguir probando, no sea que haya algo que me guste más, algo mejor que tú.
- Ya... Pero eso siempre ha pasado. Yo tenía amigos que estaban en pareja y pensaban que podían estar perdiéndose algo mejor que lo que tenían.
- Sí. Es que Tinder no produce nada nuevo, sólo acelera e incrementa los procesos...
- Y al final, supongo que se puede caer en la trampa aquella del cuento que me explicaste de la novia perfecta, ¿verdad?
- Todo está inventado...
- Sólo han acelerado los procesos...
- E incrementado las posibilidades de frustración haciendo creer que aumenta las posibilidades de éxito...
Photo by Austin Distel on Unsplash

lunes, 15 de abril de 2013

La sexualidad de las personas heridas

- Estamos mucho mejor. Desde hace unas semanas no hemos vuelto a tener ninguna pelea por lo que el clima en casa ha mejorado mucho. Sólo hay un tema que nos queda por resolver.
- ¿Cuál?
- El sexo. A pesar de todo lo que hemos mejorado y que mi pareja reconoce que es así, las relaciones sexuales que mantenemos no son ni lo suficientemente frecuentes ni de la suficiente calidad, al menos por mi parte.
- ¿Qué dice ella?
- Dice que no se siente preparada para más, que me entiende pero que he de respetar que su proceso es más lento que es más lento que el mío.
- ¿Cómo te hace sentir eso?
- No lo entiendo. Estamos mucho mejor, eso es evidente, le he pedido disculpas por mi comportamiento, que soy consciente no fue el adecuado, he intentado compensar el daño para que vea que lo que digo es en serio, pero nada, no veo los cambios que desearía.
- Ya veo... pero según has dicho, habéis mantenido relaciones sexuales últimamente.
- Sí, pero no me han resultado satisfactorias...
- Espera, te voy a hacer una pregunta y me gustaría que pensarás con calma la respuesta, ¿de acuerdo?
- Sí.
- Valorando en conjunto estas relaciones sexuales que habéis mantenido desde que consideráis que superasteis la crisis de pareja, ¿ha habido una evolución positiva, negativa o no ha habido en la frecuencia y calidad de vuestras relaciones sexuales?
- Yo diría que hemos mejorado un poco, pero no mucho, ¿eh?
- Ya, otra pregunta: ¿Te parecen sinceras sus explicaciones?
- Sí, me parecen sinceras, pero no las entiendo.
- Para poder entender algo primero es necesario respetarlo.. Un axioma sobre las crisis de pareja es que el sexo es lo primero que se pierde y lo último que se recupera.
- ¿Por qué es lo último que se recupera? Eso es lo que no entiendo.
- Generalmente es porque la crisis de pareja deja heridas en uno de los miembros de la pareja. Puede ser que esas heridas no hayan sido infligidas intencionalmente, hasta es posible que no las haya curado tus disculpas.
- ¿Y qué hago?
- Puedes esperar a que ella se sienta curada y de mientras aceptar aquello que ella te ofrezca. Durante el sexo, el sexo de calidad del que tú hablas, estamos desnudos, física y emocionalmente. Si ella tiene heridas en la piel, ¿crees que estaría cómoda? Piensa que con el contacto o el simple roce, las heridas se resienten o se pueden volver a abrir. Algunas es posible que estuviesen casi cerradas, pero el contacto hace que las tengamos presentes...
- Supongo que las heridas emocionales de las que hablas siguen el mismo proceso... ¿Qué puedo hacer para que estas heridas cicatricen cuanto antes?
- Curaselas.
- ¿Cómo?
- Respetando que están ahí y hablando de ellas.

martes, 9 de octubre de 2012

Análisis de una recaída

       "Adicción es todo aquello que te acorta la vida mientras te la hace parecer mejor de lo que realmente es"
"Formas parte de la solución, formas parte del problema o formas parte del paisaje. Tú decides"

Adicciones hay de muchos tipos, según el prejuicio con el que las estudiemos, pero todas tienen el mismo objetivo, hacernos creer que la vida es mejor de lo que realmente sabemos que es. Nos dan un pequeño oasis de tranquilidad en medio del sufrimiento que queremos evitar. Pero todos sabemos que quien vive en un oasis tiene una percepción muy limitada del mundo y de sus propias posibilidades.
Cuando decidimos poner fin a una adicción que nos está haciendo verdadero daño existe el peligro de que haya recaídas. Este peligro asusta, pero tiene asociadas algunas posibilidades. Estaremos de acuerdo en que las recaídas son peligrosas en sí mismas, pero es mucho más peligroso el análisis que hagamos de ella, ya que no verlas como una parte importante del proceso debido a la información que nos aporta sobre nosotros mismos y de cómo podemos mejorar el proceso, dificulta nuestra salida del agujero de la adicción. 
Pongamos un ejemplo y para ello nada mejor que nuestra amiga Samantha (de Sexo en Nueva York):
Las recaídas son un proceso elaborado mucho antes de su consumación. Por lo general, antes tiene que haber un estado de decepción después del subidón de haber conseguido superar las primeras fases de la dependencia. En este fragmento podemos ver como Samantha comienza a notar las "carencias" de su nueva pareja, aquello que no le gusta.

 Ella no lo sabe, pero en este momento está ante una gran oportunidad, puesto que las relaciones de pareja sanas nacen de la decepción de comprobar que la persona amada no se corresponde con la fantasía que habíamos creído. Pero de momento Samantha está frustrada, y la falta de experiencia en gestión de frustraciones le llevará a hacer lo que siempre ha hecho. En este caso, volver a contactar con Richard.

Decía Oscar Wilde que la mejor manera de evitar una tentación es caer en ella, pero si además podemos contrastarla tentación con lo que nos frustra, la tentación se hace más evidente y más deseable. En este caso se puede concluir que Samantha prefiere lo malo conocido a lo malo (o no tan bueno) por conocer. Lo que ella no sabe es que si su pareja no puede competir con Richard  no es por incompetencia de este, es porque él no quiere jugar. Como buen adicto rehabilitado conoce sus límites y permite que Samantha explore los suyos.

La consumación de la recaída es muy dolorosa, por lo general es un momento de mucha soledad emocional, en la que el adicto descubre de forma muy íntima que aquello que antes le hacía parecer la vida mejor de lo que realmente era, ahora ya no funciona, y además, la sensación de haber perdido algo potencialmente bueno es desolador. 

Y sí, es cierto que en muchos casos no se disfruta de la recaída, generalmente porque descubre lo que ha perdido. Esa consciencia genera dolor, y el dolor emocional no suele ser compatible con el placer. La mayor tragedia de cualquier recaída es que no se pueda hacer ningún aprendizaje de ella. En este caso, se puede hacer ese aprendizaje porque la pareja lo permite, no la culpa, la apoya, pero Samantha decide aprovechar la oportunidad a través de la humildad consigue canalizar la culpa y la vergüenza.

¿Podríamos decir que Richard ha desaparecido para siempre de la vida de Samantha? No, pero sí que podemos decir que es un poco más difícil que vuelva a ocurrir, y que además, ha aprendido algo de sí misma y de lo que quiere ser.

lunes, 16 de abril de 2012

Desfingir orgasmos



-        Aún me resulta increíble, pero ha funcionado.
-        ¿Lo dudabas?
-        Hombre era un poco complicado… es que si salía mal podía fastidiarse la cosa y no quería que eso pasase. Pero no, él no se sintió cómodo, lo noté enseguida, pero no dijo nada. La segunda vez, luego, cuando estábamos hablando me lo dijo, pero fue muy divertido, porque me lo dijo con mucho cuidado, como si no quisiera hacerme daño.
-        ¿Le molestaron tus gritos?
-        Sí. Porque esta vez fueron gritos. Después de una semana de jadeos más fuertes, esta era la semana de los gritos. Y te he de decir que la primera vez no me sentí a gusto, lo hice porque lo acordamos, pero a partir de la segunda me lo empecé a pasar bien. Y con los gritos ya ha sido la leche.
-        ¿Y qué te dijo él?
-        Como te he dicho, fue divertido. Me dijo que había una cosa que le incomodaba, que le distraía, y era que yo hacía demasiado ruido y que no estaba a gusto. Yo le pregunté si esto había sido desde que empezamos hace seis meses. ¡Y él me dijo que un poco sí! Tuve que hacer gala de todo mi autocontrol para no morirme de risa.
-        ¿Habéis llegado a algún acuerdo?
-        Sí. Yo me esforzaré mucho en intentar no hacer tanto ruido durante nuestras relaciones sexuales. Es más, hemos tenido relaciones días después y él me ha agradecido los esfuerzos que yo he hecho por estar en silencio.
-        ¿Y cómo te lo has tomado?
-        ¡Cómo un regalo! Hacía tiempo que no me concentraba en disfrutar del sexo, estaba más pendiente de que mi pareja creyese que era un gran amante, y ahora no sólo me puedo concentrar en mí sino que además me lo agradecen. ¿Qué más puedo pedir?
-        Bueno, supongo que podrías pedir que esto continúe.
-        De eso me voy a encargar yo, no te preocupes.

Imagen tomada de http://www.desdebellaterra.com/sexpress/

miércoles, 9 de noviembre de 2011

Mi pareja desea más sexo que yo...

- ... y así llevamos varios años. Es un tira y afloja constante en el que no voy a ceder más a sus pretensiones. Es un salido.
- ¿Pero también es "salido" con el resto de mujeres?
- No, que yo sepa. Dice que quien le pone soy yo.
- Bueno. ¿Y qué más satisfacciones le das?
- No entiendo.
- ¿Qué más cosas placenteras obtiene de ti?
- Yo trabajo mucho. Por lo general estoy cansada, reventada de trabajar y de llevar la casa y al niño. Cuando llega un poco de tiempo libre lo que tengo ganas es de no ponerme a pensar según qué cosas, quiero desconectar.
- Entiendo. ¿Tenéis hobbies comunes?
- Creo que no me prestas atención. Estoy cansada. Además, no tenemos gustos comunes. A él le gusta mucho hablar de temas de todo tipo, para mi eso son paparruchas que no llevan a ningún lado.
- ¿Y eso le molesta?
-Supongo que con los años se habrá acostumbrado, ¡qué remedio le queda!
- Ya. Imagino que no so gustan siquiera las mismas cosas que veis en la tv.
- No. A él le gusta todo lo que le haga pensar. Yo ya tengo bastante y prefiero programas, series o películas que me permitan desconectar. Ya pienso bastante durante el día.
- Claro, claro.
- ¿Qué quieres decir?
- No veo que él tenga ningún problema personal, más bien parece tener un problema relacional.
- ¿Perdona? ¿Relacional? ¿Me estás intentando implicar a mi en sus mierdas?
- Bueno, realmente creo que son tus mierdas, no las de él, principalmente.
- ...
- Parece que tu pareja no está muy satisfecha en esta relación, y parece que está luchando por mantenerla a flote. Casi diría que es el único de los dos que lo hace. Pero no está siguiendo una estrategia acertada.
- Creo que te equivocas.
- Es posible. Si tu pareja estuviese aquí tal vez nos podría explicar cuándo comenzó a decepcionarse de vuestra relación. Cuándo comenzó a darse cuenta de que si quería seguir contigo tendría que renunciar a muchas cosas, a muchas ilusiones. Y nos podría explicar cuánto tiempo lleva aferrado al sexo como única satisfacción que obtiene de estar contigo. Y como no quiere separarse de ti, reclama al menos esas "migajas de cariño".
- No me gusta eso que dices.
- Es que, básicamente quiero decir, que tu pareja sólo "no se aburre" o se siente satisfecho contigo cuando mantenéis relaciones sexuales.

lunes, 11 de julio de 2011

Disfunción erectil relacional o "huelga de pene"

- El médico me ha dicho que no había ninguna causa biológica para mi disfunción erectil, y por eso me recomendó ir al psicólogo.
- ¿Y cuándo comenzó?
- Hace unos meses, poco más de medio año. El médico dice que es ansiedad, pero yo no me noto nada ansioso.
- No siempre es uno consciente de la ansiedad, más si es algo sostenido en el tiempo. Explícame cómo fue la última vez que ocurrió.
- Fue el pasado sábado. Mi pareja es divorciada y los niños estaban ese fin de semana con el padre. Aprovechamos los días que los niños no están para mantener relaciones.
- ¿No tenéis relaciones si los niños están en casa?
- No. Ella no se siente cómoda.
- Ya. ¿Y desde cuándo sabías que el sábado tendrías relaciones sexuales con ella?
- Desde la última vez, hace dos semanas.
- Ya. Una pregunta más, entre "sábado sexual" y "sábado sexual", ¿hay algún día que tú desees tener sexo con tu pareja?
- Sí, algunos días.
- ¿Y no se lo comentas?
- No.
- ¿Por qué?
- Porque ella no se siente cómoda, tiene vergüenza que los niños nos puedan oir...
- Ya. ¿Y qué hacéis cuando vais de viaje con los niños?
- Nada de sexo.
- ¿Aunque estéis en habitaciones separadas?
- Sí. No quiere despertarlos.
- Claro. Una última pregunta, ¿no se te ha ocurrido pensar que tu pareja sea frígida?
- ¿Qué? ¡No! Ella nunca nunca ha tenido problemas, sólo yo. ¿Por qué dices eso?
- Bueno, parece que ella nunca ha tenido que negarse a mantener relaciones sexuales contigo. Pareces tan buen hombre, tan solícito, tan educado que te doblegas a sus deseos y a su voluntad sin tener en cuenta tus propios deseos. Creo que lo tuyo es caso claro de huelga de pene.
- ¿Cómo?
- Claro, parece que cuando llega el momento de darte placer tu pene se rebela contra tu actitud sumisa. Digamos que no está de acuerdo con la sumisión a la que lo sometes. Entonces opta por una actitud pasivo-agresiva, flácida, para no proporcionar placer a un cerebro que no se lo merece ni le corresponde.

lunes, 1 de febrero de 2010

Erotomanía


- Me dijo que soy erotomaníaco.
- ¿Y eso qué quiere decir?
- Según me dijo, busco de manera muy ansiosa establecer una relación de pareja.
- Depende de cuanto tiempo lleves sin pareja puede ser una "enfermedad" que implique un alto grado de salud mental.
- O sea, que es normal tener ganas de establecer una relación de pareja si me siento solo...
- Correcto. De todas formas eso forma parte un proceso yatrogénico, ya que no se puede categorizar como enfermedad una conducta normal.
- ¿No existe el término?
- Sí que existe, pero hace referencia a algo completamente diferente. Es un síntoma psicótico. Se caracteriza por la creencia (absurda) de que alguién de un estatus superior está enamorado de uno y que le envía mensajes que sólo el interesado puede descifrar.
- ¿Un delirio?
- O una alucinación, eso según lo quieras ver.
- Ya veo. Es como decir que estoy histérico cuando en realidad lo que estoy es ansioso.
- Sí. Crear un problema diagnóstico mayor cuando no lo había. En la antigua Grecia ya hablaban de amor platónico. Tú puedes estar enamorado de Beyoncé y eso no es un problema, puede ser una estupidez, lo que es un problema es que creas que Beyoncé está enamorada de ti. Sobre todo si no te conoce...

domingo, 19 de octubre de 2008

Más atracción física

Hace unos días expuse el experimento del puente de aguas turbulentas y sobre como éste experimento provocaba una respuesta emocional intensa en los chicos que lo cruzaban, confundiendo su activación emocional con "atracción física". Desde luego a todos nos fastidia creer que nos autoengañamos tan fácilmente, y desde la psicología social se han realizado más experimentos en esta línea, cuyos resultados apuntan en la misma dirección.
El equipo de investigación del Dr. Gregry White (1981) se propusieron alterar a un grupo de sujetos varones. La metodología para conseguirlo fue triple. A un grupo los hicieron correr, a otro le pusieron una cinta de un humorista y al tercero le pusieron otra en la que se describían los detalles espeluznantes de la muerte de un misionero a manos de una muchedumbre. Había un cuarto grupo al que no se intentó provocar de ninguna manera, por lo que no existía ninguna activación fisiológica previa (grupo control).
A continuación se les hacía visionar una cinta en la que una mujer atractiva explicaba su vida familiar y sus experiencias en la universidad. Luego tenían que rellenar un cuestionario sobre esta mujer.
Los tres grupos que estaban fisiológicamente activados consideraron a esa mujer más simpática, graciosa, excitante y sensual que los hombres que no fueron activados, además de que los primeros dieron puntuaciones más altas cuando se les pidió que confesaran en qué medida les gustaría conocerla, trabajar con ella, tener una cita y besarla.
Pero, al repetir el experimento con una mujer poco atractiva se produjo el efecto opuesto, los hombres que habían sido activados previamente la consideraron menos atractiva que los que no fueron activados.
No conozco estudios en los que las sujetos experimentales fuesen mujeres, pero no me cabe duda que los resultados serían casi idénticos, no en vano la fisiología compartida es casi idéntica.
El enamoramiento depende tanto de los factores externos como de las reacciones emocionales de la persona que se enamora, y una incorrecta interpretación de estas últimas puede provocar vinculaciones sentimentales que no nos resulten satisfactorias.
Algunas teorías afirman que buscamos pareja de un similar estatus, como mínimo, que aquél con el que construimos nuestra identidad, pero supongo que estos experimentos reflejan las interferencias que puede sufrir el sistema de evaluación de posibles parejas, sesgando nuestra percepción para bien, y en otros casos para mal. El problema es que cuando es "para bien", pensamos que es un mérito nuestro, y cuando es "para mal" lo achacamos a la mala suerte, desgracias, etc, así nos quitamos responsabilidad sobre las consecuencias que nos estén por llegar por nuestros errores y nuestras "no decisiones", por que como piensan mucha gente, no escogemos de quien nos enamoramos...

viernes, 3 de octubre de 2008

Sobre la atracción física

Muchas más personas de las creemos confunden la atracción física con el hecho de estar enamorado/a, y la verdad es que este no es un hecho moderno, es algo que se da desde tiempos inmemoriales. Un ejemplo: Hace unos 2000 años Ovidio escribió "El arte de amar" que una de las mejores formas de conseguir despertar la pasión romántica de una mujer era asistir como espectadores a una lucha de gladiadores en el circo y ver como estos se destripaban en la arena.
Y parece que no iba equivocado, ya que este espectaculo produce una reacción emocional en la persona que lo contempla que puede ser confundido con la atracción física, puesto que puede experimentar aumento de los latidos cardíacos, aceleración de la respiración, rubor, sudoración, etc, sintomas que, por otro lado, son casi idénticos en cualquier emoción intensa, por lo que será de especial importancia la interpretación subjetiva que se haga de ellos para ponerle una etiqueta determinada, por ejemplo "amor" o "repulsión".
Esta teoría tira un poco por tierra siglos de poesía romántica y años de canciones tipo "the power of love", puesto que hace referencia a un sesgo atencional como principal causante de que nos podamos sentir atraídos por alguien. Vamos que puedo sentirme atraído por alguien o sentir rechazo en función de cómo interprete mis emociones en ese momento. Claro que sobre este detalle se han apoyado numerosos conquistadores y seductores, manipulando determinadas variables del entorno pueden consguir un cierto control en la consecución de su objetivo amoroso.
En innumerables ocasiones hemos escuchado aquello de que "el entorno era tan romántico que era imposible que no nos enamorasemos..."
Desde la psicología social se decidieron a investigar este fenómeno, y en el año 1974 Donald G. Dutton y Arthur R. Aron emprendieron una investigación en Vancouver. Para ello utilizaron dos puentes que cruzan el río Capilano. El primero era un puente que estaba a 75 metros de los rápidos que se formaban en esa zona del río, y además el puente tendía a balancearse hacia los lados, con crujidos y como único sostén tenía un cable a la altura de las manos. Vamos que era un puente para gente que no tuviese vértigo. El otro era un puente de madera sólido que estaba a cuatro metros del río, en una zona donde el agua avanzaba de manera tranquila.
Los sujetos experimentales, todos masculinos, debían cruzar uno de los dos puentes. Cuando habían llegado al otro extremo se les aproximaba una experimentadora muy atractiva que les decía que estaba haciendo un trabajo para su clase de psicología sobre "los efectos que tiene sobre la expresión creadora el estar en contacto con panoramas atractivos". Sólo les solicitaba que rellenasen un cuestionario con preguntas de relleno y que escribieran un breve relato sobre el espectáculo que habían visto. Una vez rellanado este "cuestionario" la mujer les daba una tarjeta con su nombre y número de teléfono por si querían saber alguna información adicional sobre el estudio que estaba realizando.
La gran mayoría de los que posteriormente llamaron a la experimentadora fueron aquellos que atravesaron el puente sobre aguas turbulentas.
Bueno, uno puede evitar pensar cuántas relaciones disfuncionales podrían no darse si interpretásemos correctamente nuestras emociones...

lunes, 17 de marzo de 2008

Educación sexual

Hace unos días me llegó por email el vídeo que os propongo ver hoy. Es gracioso, pero nos puede llevar a pensar sobre nuestra historia personal, sobre todo en lo referente a la educación sexual.
Por increible que pueda parecer es, aún hoy, un tema tabú en la mayoría de las familias, y si lo pensamos bien, así nos está yendo. Sólo el dato de los embarazos adolescentes y las enfermedades de transmisión sexual me ponen los pelos de punta, a pesar de que vivimos una época en la que se supone que tenemos, y todavía más los jóvenes, más acceso a todo tipo de información.
Una vez más se confirma que la información que positivamente resulta más significativa es aquella que proviene del entorno de más confianza... y si en este entorno no entran los padres, entrará cualquier otro.