lunes, 6 de diciembre de 2010

Isomorfismo por obligación

- Si lo he entendido bien, consideras que tu hija tiene que emanciparse ya, no porque lo necesite, sino porque es el momento adecuado.
- Exacto. Yo a su edad ya me había casado y la había tenido a ella.
- ¿Y te fue bien?
- Fue muy duro. Casarse con 18 años, ser madre y tener que organizar mi vida doméstica sin estar preparada, trabajar, la convicencia y las obligaciones, ¡y sin estudios! Ella tiene 21 años y trabaja. Tiene que aprender a organizarse la vida.
- Desde luego. Parece que tú eres una mujer muy luchadora, que ha tenido que enfrentarse a desafíos inesperados y trabajar duro.
- Sí.
- ¿Te ayudó alguien?
- Mi marido, y mi madre.
- Tu hija no está casada.
- No. Pero puede compartir piso.
- No me parece el mismo vinculo. Lo que no acabo de entender es...
- A mi me parece muy claro y fácil de comprender.
- Seguro. Por eso le he pedido a tu hija que la acompañes a la visita hoy. Ella se siente presionada a hacer cosas que no cree estar preparada, y me pide que yo le explique las cosas que cree su madre. No dudo por un momento que en la cabeza de su madre están muy claras, pero a lo peor, no están siendo todo lo bien expresadas que tu crees.
- ¿Qué es lo que no entiendes?
- Mira, me cuesta creer que una madre obligué a vivir a su hija la vida de una manera determinada, la que sea. También me cuesta creer que una hija viva de sus padres cuando tiene trabajo, y este no parece el caso.
- Ella se gasta todo el dinero, no ahorra, no sabe lo que es sacrificarse. Por eso la empujo a independizarse.
La hija se remueve inquieta en el sofá.
- ¿La empujas? ¿Te empujó alguien a ti?
- No. Era un deseo mío.
- ¿Y lo disfrutaste?
- No. Como te he dicho fue muy duro. Pero ella tiene que aprender.
- En eso creo que estamos todos de acuerdo. Es necesario aprender. Pero en lo que no parece que estemos tan de acuerdo es en la forma.
- Mi padre decía que "la letra con sangre entra".
- Seguro que tu padre decía muchas cosas interesantes y acertadas, pero esa es una estúpidez. El dolor no enseña nada cuando es innecesario.
- Mi hija está muy consentida y tiene que aprender.
- Repito que estoy de acuerdo en que tiene que aprender, pero te recuerdo que la responsabilidad de que una hija esté consentida es compartida entre la hija y los padres.
- Venga hombre, encima va a ser culpa mía.
- Yo he hablado de responsabilidades. Y no parece ecuanime que ella la tenga toda, cuando la educación y las normas las dan lo padres. Porque ella ha de aprender, pero tú y tu marido, que no está presente, ¿qué aprendéis del sufrimiento de tu hija?