lunes, 28 de febrero de 2011

Pelear o discutir

- Hemos pasado un fin de semana horrible, peleando todo el rato.
- Suena duro.
- Sí, la verdad es que no veo ningún avance, parece que damos un paso adelante y varios pasos hacia atrás.
- Vaya. ¿Y ella piensa igual que tú?
- No. Eso es lo peor. Ella cree que estamos avanzando mucho.
- ¿Te parece peor que tu pareja crea que estáis avanzando?
- No, me explico. Yo lo que veo es que estamos peleando todo el rato, que no avanzamos, que no estamos mejor y no veo que ella comparta mi punto de vista. Esto me hace sentir más aislado.
- ¿Y cómo crees que ha llegado ella a esta conclusión?
- No lo sé. ¡Y se lo he preguntado!
- Ah, eso sí que es un avance.
- Bueno, ella dice que no le parece mal dedicar algo de nuestro tiempo a discutir...
- ¿Discutir o pelear?
- ¿No es lo mismo?
- Ni de coña.
- Pues ilumíname.
- Ya sabes que es mejor iluminarse desde dentro, no esperar lo que venga de fuera.
- ¡Es que no veo la diferencia!
- Eso es obvio, por eso tienes un problema. La solución está en la diferencia. Vamos a ver. ¿Qué caracteriza una pelea?
- El mal rollo.
- No. En una pelea hay al menos dos contrincantes que intentan imponer sus argumentos, el uno al otro, sin tener en cuenta los argumentos que cada uno pueda tener. El objetivo es ganar, derrotar al adversario, al enemigo.
- ¿Y en una discusión?
- En una discusión, creo que tu pareja y yo estaremos de acuerdo, dos personas intentan exponer sus argumentos para contruir una relación mejor. Se busca entender y correjir aquello que no funciona sin estropear lo que sí funciona.
- ¿Intentas decirme que una discusión tiene buenas intenciones y una pelea no?
- Intento decirte que dos pelean si uno quiere pero que no hay discusión si los dos no colaboran.
- Pero eso no explica por qué me siento mal discutiendo.
- Bueno ese es un problema más complejo y del que no es en absoluto culpable tu pareja. La buena noticia es que se corrije con la práctica.