lunes, 16 de enero de 2012

Black Mirror

Partimos de la premisa que la TV tiene dos posibilidades: puede estar encendida o apagada. Eso lo decidimos nosotros.
Cuando la TV está apagada es como un espejo negro que nos devuelve reflejos oscuros, con muy pocos matices, pero cuando está encendida tiene la capacidad de devolvernos reflejos aún más oscuros, ya que lo que refleja es nuestra alma. Pero hemos de recordar que somos nosotros los que la encedemos, y debemos cuestionarnos para qué la encedemos y que queremos ver en ella.
Las posibilidades de análisis son infinitas, aunque esta miniserie británica se centra en tres, y nos brinda la oportunidad de reflexionar sobre cómo nos relacionamos a través de este espejo oscuro, entre nosotros y con el medio en el que vivimos, sobre como hemos conseguido confundir los medios con los fines, sobre como hemos conseguido perder el norte y ser felices de haberlo perdido.
Al acabar de ver los tres episodios descubrimos que no importa qué poisibilidades se hayan explorado, ya que se nos permite descubrirque nosotros nos miramos la TV, es ella la que nos observa a nosotros. Y puede ser que nos devuelva los reflejos más oscuros de nosotros mismos. Lo que hagamos, o no hagamos, con esos reflejos, es cosa nuestra. Tendremos que asumir las consecuencias...