domingo, 13 de noviembre de 2016

Zona de desarrollo próximo

- Como intentaba explicar antes, tu situación actual se explica mejor, en mi opinión, por el concepto de la zona de desarrollo próximo que por la zona de confort esa. ¿Por qué? Porque la zona de confort es falsa, nadie está confortable en esa famosa zona, más bien parecen resignados y no hacen nada para cambiar, para crecer, para adaptarse...
-¿Y con la zona de desarrollo esa, sí?
- El concepto de zona de desarrollo próximo es muy útil para entender lo que te ha ocurrido en estos últimos tiempos, y además, te da pistas de por dónde has de buscar un cambio efectivo. La idea es que tú tienes una cierta capacidad de aprendizaje, ¿no?
- Como todo el mundo, supongo. Debe ser algo genético, ¿no?
- No lo sé. Supongo que sí, pero ese es un detalle que no nos aporta mucho al análisis de tu situación. Veamos, como decía, tú tienes una determinada capacidad de aprendizaje. Pero si nos regimos por esa idea, nos encontramos con que nunca podrías superar esa capacidad, ¿no?
- Claro. No puedo ir más allá de mi capacidad.
- ¿No? Si es por capacidad solamente, ¿cómo lo hace un niño para aprender a hablar o caminar?
- Porque le enseñan los adultos.


- Exacto. Pero, ¿cómo enseñamos a un niño a hacer algo que puede hacer pero que no sabe que puede
- No tengo ni idea.
- Bueno, estarás de acuerdo conmigo que tenemos que bajar hasta estar casi a su nivel.
- ¿Casi? Tienes que ponerte a su nivel, si no, ¿cómo te va a entender?
- Si te pones a su mismo nivel, ¿dónde está el aprendizaje? La zona de desarrollo próximo es aquella que se sitúa entre tu capacidad de aprendizaje real y tu capacidad potencial. Vamos que es aquella que indica que si recibes la ayuda que necesitas, puedes aprender mucho más.
- Ya veo. Si tengo alguien que me enseñe bien, ¿podré aprender más de lo que puedo por mi mismo?
- Correcto.
- Pues esta teoría tuya me da la razón en lo que te comentaba, mis padres nunca ejercieron correctamente esa capacidad de influencia.
- Eso lo dices porque sólo analizas la responsabilidad de tus padres de influirte en ti. Si te paras un poco a pensar antes de contestar, te darás cuenta que tanta responsabilidad tienen ellos de no influirte como tienes tú de empeñarte en que ellos sean la influencia que deseas.
- ¡Son mis padres!
- Sí. ¿Acaso si tus padres fuesen mudos no hubieses aprendido a hablar? ¿Si tus padres no pudiesen caminar no habrías aprendido tú? ¿Te habrías conformado con su incapacidad de influirte o te habrías abierto a nuevas influencias?
- Creo que mis padres no se habrían opuesto a que aprendiese todo eso, pero sí que mostraron oposición a que aprendiese otras cosas que me habría gustado.
- Ya no eres aquel niño. Ahora eres adulto. Puedes decidir.
- ¿Qué puedo decidir?
- Resignarte o cambiar. Si optas por la primera opción le estás dando la razón a esos padres que no deseaban que crecieses libre, si optas por la segunda estás cumpliendo un sueño de tu infancia.
- Pero eso es muy difícil.
- Esa no es la pregunta que debes hacerte.
- ¿No debo preguntarme si va a resultar difícil?
- Deberías preguntarte si vale la pena-