El estilo de vida ajetreado y rapido hace que nuestra forma de procesar la información sea cada vez más impulsivo, para gestionar las situaciones con mayor celeridad (que no eficacia y eficiencia), de forma que tendemos a mantener un estilo de procesamiento binario, de todo o nada, de blanco o negro, de cero o uno (código binario).
Como estrategia para momentos de crisis esta es una posibilidad excelente que nos puede ayudar a salir de situaciones comprometidas, pero, cuando utilizamos esta estrategia siempre, las cosas tienden a complicarse, ya que como diría Maslow "Si tu única herramienta es un martillo, siempre tratarás a todo el mundo como si fuesen clavos".
En este contexto tendemos a evaluar las situaciones en función de la clave "ganar o perder", también binaria y que nos concede muy pocas posibilidades de éxito, sobre todo por el aumento de ansiedad que interfiere de manera significativa en nuestra capacidad de gestión.
En cambio hay una estrategia que suele ser muy útil y que busca un nuevo prisma para este problema, y es plantearse no perder o no ganar. Si yo no pierdo, de alguna manera gano, y posiblemente genere un campo de posibilidades que tal vez pueda dar beneficios en un futuro más o menos próximo.
Tal vez sea que hacerse adulto es saber escoger las batallas que uno quiere y puede ganar.