lunes, 13 de abril de 2009

Cómo afrontar situaciones críticas

Una de las series de TV más arriesgadas que he visto últimamente es "En Terapia", que como su nombre indica va sobre un psicólogo y cuatro de las personas que van a su consulta.
Y digo que es arriesgada porque durante la media hora que dura cada episodio muestran una sesión de terapia, por lo que no hay tiros, sexo, teorías conspirativas, ni nada de eso que está tan de moda, sólo cuestiones de la vida que quieren solucionar las personas que acuden en busca de la ayuda de Paul.
En uno de los episodios el terapeuta explica a un paciente que tiene con un trastorno de personalidad narcisita (ese es mi diagnóstico, pero acepto críticas) una parábola hasídica:

"Un rey condenó a muerte a dos amigos. Pero los dos le caían bien, eran gente simpática que habían cometido un error pero que tenían buen fondo. Aún así él era el rey y debía condenarlos. Cuando leyó la sentencia introdujo una posibilidad alternativa, podían conmutar la pena por atravesar uno de los acantilados más altos de su reino caminando por encima de una cuerda. Si sobrevivían a la experiencia quedarían libres.
Los dos aceptaron, y llegado el momento uno de los dos se mostró más decidido a hacerlo que el otro, de manera que fue el primero en intentarlo. El otro prefirió no mirar. Escuchó los sonidos de la gente que contemplaba el espectáculo con ansiedad y sólo se decidió a mirar cuando supo que su amigo había sobrevivido.
Mientras le abrazaba le preguntó cómo lo había hecho, qué técnica había utilizado para conseguirlo, ya que él no se veía capaz de hacerlo y quería vivir. Necesitaba saber una manera de cruzar el acantilado y sobrevivir. ¡Le tenía que ayudar!
Su amigo le miró tranquilamente y le dijo:
- No sé qué decirte, no he utilizado ninguna técnica en especial. Simplemente me he limitado a caminar muy despacio, un pie después del otro, a pequeños pasos... y cuando notaba que me inclinaba a un lado, intentaba inclinarme yo hacia el otro para compensar."

Y es que a veces sólo con las cosas más sencillas se puede superar las experiencias extremas, y con confianza, pero sin certezas.