martes, 22 de septiembre de 2009

Cómo reaprovechar murallas


- A veces lo que nos ocurre es que nos fascinamos con las murallas que hemos levantado y hasta puede pasar que presumamos de ellas, se la enseñamos a todo el mundo para que vean cómo somos de fuertes, cómo somos de inexpugnables, y eso produce rechazo o admiración en los demás.
- ¿Y?
- Pierdes a los que produces rechazo y pierdes a los que provocas admiración.
- ¿Por qué pierdo a los que provoco admiración?
- Porque no se acercan por ti, se acercan por las murallas. Y en el fondo tú sabes que el contenido es mucho más que el continente. De forma que si les muestras el contenido la mayoría se desilusionan, y tú te sientes solo
- Pero esas murallas me han sido muy útiles, han resistido a ejercitos, ¿cómo me deshago de ellas?
- Bueno, a lo mejor no es necesario deshacerse de ellas. Es más, la mayoría de las ciudades amuralladas han descubierto nuevos usos para sus murallas. Yo empezaría por retirar el armamento y por invitar a la gente a pasar a la ciudad, a descubrir que el conocimiento de algo es una forma mucho más sano para todas las partes que la conquista. A lo mejor conviene enseñar las murallas a los visitantes y la vida cotidiana de los que viven en la ciudad, su verdadera riqueza: cómo se relacionan, qué es lo típico de la ciudad, cómo se divierte, etc.
- No sé si me convence esta opción.
- Tal vez no te convenza porque implica un cambio de actitud. En el fondo es pasar de una postura pasiva a una activa.
- Y uno no puede esperar resultados diferentes si siempre hace lo mismo, ¿no?
- Correcto. Pero si aún así apuestas por opción desmantelar las murallas...
- Sí.
- Yo lo haría poco a poco. Siendo consciente del esfuerzo que costó colocar cada piedra, una a una hasta llegar a los cimientos.
- Pero eso será muy duro.
- Sí. Un gran esfuerzo para desmantelar un construcción que consideras inútil, pero si la muralla china pudo ser reutilizada...