lunes, 23 de noviembre de 2009

Incomodidad

- Todo esto que me explicas de tu pareja me parece muy bien, no en vano es tu elección y la respetaré, pero creo que deberías plantearte otros puntos de vista.
- Yo siento que he de estar a su lado y luchar por lograr un cambio de actitud por su parte.
- ¿Lo has logrado en el tiempo que lleváis juntos?
- No, pero...
- Espera un segundo. ¿Hay perspectivas reales de que puedas lograr un cambio mínimo en las próximas fechas?
- Hombre, no sé...
- Debe ser muy duro luchar por algo que no has logrado en mucho tiempo y que no parece ser que vayas a conseguir en un futuro próximo.
- ...
- Si te parece lo podemos abordar desde otra perspectiva.
- Vale.
- ¿Quién de los dos está incómodo con esta situación?
- Yo.
- ¿Quién está cómodo?
- Mi pareja.
- De acuerdo. Siguiendo este análisis, uno de los dos es el que hará cosas para conseguir una situación nueva en la que haya un equilibrio diferente, ¿quién?
- Creo que quien está incómodo, yo.
- No te parece paradójico que estés esperando que una persona que está cómoda en una situación se mueva para lograr un equilibrio en el que no sabe si estará cómodo, o incluso puede ser que sepa que no lo estará.
- No te acabo de pillar.
- Mira, nadie cambia si no tiene una necesidad evidente de hacerlo, y mucho menos una persona acomodada gracias a la incomodidad de su pareja.
- Entonces, ¿qué solución hay desde tu análisis?
- Solo puedes encontrar una solución a tu problema de una manera. Incomodar al cómodo para acomodar al incómodo.