martes, 22 de junio de 2010

Estereotipos sexuales

"El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer. Cada uno ha sido educado para formar la mitad de una pareja, y es por lo tanto un ser humano incompleto. A los hijos se los prepara para los rituales de cortejo, extremadamente importantes, y se los va moldeando en los estereotipos de su sexo. En el pasado, a los muchahos se les preparaba para que fueran duros y seguros, invulnerables, competentes en todo, para que no tuvieran miedo, al punto de convertirse en personas que no demostrasen jamás sus emociones. También se les permitía ser groseros, vulgares, materialistas, promiscuos en lo sexual y dominantes e, incluso, los alentaban a ello sus familiares, sus pares, sus modelos y la sociedad. El estereotipo masculino tradicional, cuando se lo tomaba al pie de la letra, producía seres que reunían todas las características de un tirano psicopático, adicto al trabajo y obsesivo-compulsivo. A las niñas se las enseñaba a ser pasivas, colaboradoras, funcionalmente limitadas, emocionalmente románticas, de buenos modales, dispuestas a sacrificarse, etc. Se las adiestraba para que controlaran las relaciones con el hombre sin demostrar su poder, sin dejar de nutrir a los hombres con fidelidad ni dejar de fomentar su confianza en sí mismos. El estereotipo femenino, cuando se lo tomaba al pie de la letra, se parecía bastante a una victima y mártir histérica, generadora de culpas y pasivo-agresiva. A las mujeres se les exigía que observaran de cerca las relaciones; a los hombres se les prohibía hacerlo. A los hombres se les pedía que compitieran en todas las situaciones; a las mujeres se les prohibía hacerlo directamente. Sólo por accidente alguien podía convertirse en una persona completa después de tal entrenamiento sexual. Los que no lograban alcanzar el ideal de su sexo, quizá vivieran toda la vida avergonzados e inseguros. Pero los que sí conseguían parecerse al estereotipo de su sexo eran a la vez ineptos para las relaciones e incapaces de sobrevivir a ellas. ... Si la gente piensa en su pareja como "un hombre" o "una mujer", y no como en otro ser humano, y espera determinada conducta basada en la distinción de sexo, puede sentir confusión, decepción e incluso indignación al descubrir al verdadero ser humano que se oculta bajo el estereotipo sexual."

Extraído de "Momentos decisivos. Tratamiento de familias en situaciones de crisis" de Frank S. Pitman III. Editorial Paidós.
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Este texto es del año 1987, y observando las relaciones de pareja actuales me da la sensación que no sólo no hemos avanzado en nada, sino que además hemos retrocedido. Tal vez habría que cuestionar este módelo de caballeros y princesitas en el que ambos sufren y acaban jodiendo la vida a sus hijos. O no. así los psicólogos seguiremos teniendo trabajo durante años.