martes, 10 de agosto de 2010

Reciclaje de piedras

Uno de los principales problemas que nos encontramos en la terapia de parejas, y en la resolución de conflictos en general, es qué hacer con las piedras. Tienen diferentes usos que van desde las decorativas hasta las instrumentales, pero nosotros nos centraremos en este último tipo de utilidad.

Una pareja entra en conflicto y no consiguen resolverlo de manera eficiente, pero sí que consiguen que se enquiste y que acabe siendo un cancer con metástasis en todas las áreas de la relación. Cuando el conflicto está en su punto álgido algunas parejas encuentran una utilidad instrumental a las piedras que tienen por casa. Las arrojan con intención de herir al otro. El menos herido gana. Desde luego me podéis decir que la mayoría de las parejas son civilizadas, no se arrojan cosas cuando están en crisis, pero hay palabras que duelen más que las piedras...

Otras parejas deciden usar las piedras para levantar un muro enorme que les separe del otro, que les aisle para no sufrir, para no oir, para no sentir o para no "lo que sea". Algunos me diréis que el mejor muro aislante no es de piedra, es de silencio, pero el silencio es la ausencia de palabras, o el dolor restante de las palabras que hirieron...

Un pequeño grupo de parejas decide innovar ante la crisis. ¿Cómo puede ser que alguien a quien quiero y de quien me consta que me ha querido (al menos!!) ahora se comporte como un/a energumeno/a? Y después de llegar a semejante duda existencial, deciden usar las piedras para construir un puente que les lleve al otro. De esta forma pueden compartir y tomar decisiones más coherentes y constructivas. Aquí posiblemente no me digáis nada...

Tres usos para el mismo material. ¡Pero qué diferente actitud!

Yo me considero un privilegiado. He conocido a una pocas parejas que han realizado lo que yo llamo reciclaje de piedras. Primero las usaron para construir un muro que las aisle, pero se dieron cuenta que no les servía para nada, y entonces decidieron usar las mismas piedras del muro para construir un puente que les permitiese estar en contacto. Y dentro de este grupo, encontré a unas pocas que las habían usado al comienzo para arrojárselas!!!

Por cierto, la mayoría de estas parejas "recicladoras" usaron las piedras que primero se arrojaron, luego convirtieron en pared y más tarde en un puente para construir los cimientos de su relación.

¡Y yo lo he visto!