jueves, 13 de enero de 2011

La diferencia entre entender y respetar

Somos seres sociales y las decisiones que tomamos afectan de manera más o menos evidente a los que nos rodean, pero sobre todo, a los que más queremos y los que más nos quieren (en muchas ocasiones esto no se produce reciprocamente).
Esta afectación por decisiones ajenas nos coloca en muchas ocasiones en un punto incómodo, aquel punto en que has de reaccionar ante los efectos de la decisión del otro, y no quieres hacerlo. Eso incomoda, es desagradable y una manera de enfrentarlo es negándonos a aceptar la decisión del otro, pero, ¿podemos hacerlo?
Ya he mencionado en muchas ocasiones que somos lo que decimos, y que en muchas ocasiones un buen diccionario nos ahorraría muchos disgustos y otro tantos conflictos. Por ejemplo, muchas veces decimos aquello de "no entiendo para qué haces esto", pero, ¿es necesario que lo entendamos? ¿Es necesario conocer los motivos que llevan a tomar una decisión para poder aceptarla? ¿O podemos cambiar el orden?
Eso supondría un cambio de paradigma emocional de cómo entendemos las decisiones de los demás. Primero respeto la decisión que tomas, aunque pueda ser que no la comparta. Luego ya la entenderé, si es que puedo, ya que es posible que tus condicionantes sean incomprensibles para mi, emocionalmente no los puedo compartir, y es posible que eso me duela y no sepa gestionarlo.
En definitiva lo que nos puede estar pasando es que no queramos tomar una determinada decisión como reacción a la de otro, y que nos estemos escudando en un proceso de invalidación inbarcable, ya que nosotros no podemos entender al otro y el otro no nos puede entender a nosotros.
Cerramos el bucle y todos sufriendo, aunque nadie haya cedido al final...