lunes, 14 de febrero de 2011

Libertad a través de la Verdad

Fueron años de intensa búsqueda. Leí muchos libros, pasando siempre primero por los clásicos. No fue en vano. Aprendí mucho, pero seguía siendo consciente de ese eterno vacío en mi interior. Deduje que no era suficiente para ser libre.
Luego me entrevisté con sabios. No me importó viajar para conocerlos. Fueron años de un increíble crecimiento interior, pero cuando volvía a casa comprobé que no conseguía hacerme entender. Sentí impotencia, y detrás, agazapada, el vacío.
He buscado con ansía la Verdad, ya que creí que me daría la Libertad, pues la Verdad te hará libre, dicen. Pero la Verdad no te dice que hacer con ella, no tiene un manual de instrucciones.
Decidí dejar de leer libros y de hablar con sabios. Decidí que ya había aprendido suficiente. Con todos esos aprendizajes me dirigí a mi vacío a ver qué podía aprender de él.
Fue duro el viaje, pero al final aprendí que puede que haya una Verdad, pero que se expresa, se matiza, de manera diferente en cada uno de nosotros.
Al final fui libre, aprendí como se expresaba la verdad en mi interior y a respetar y disfrutar de la que me expresaban los demás.