sábado, 13 de octubre de 2018

La araña sanguijuela

- Creo que la mejor metáfora que se me ocurre para explicar tu situación es a través de la creación, imaginaria, de un animal nuevo mezclando las características de dos ya existentes.

- A ver...

- Una araña que se comporte como una sanguijuela.

By Robert Anasch (unsplash.com)
- Joder. ¡Menudo bicho!

- Nos la podemos imaginar en su tela... nunca sale de allí. ¿para qué? Allí tiene todo lo que necesita: seguridad y alimento. Allí nunca pasa hambre porque a diferencia de las demás arañas ella no devora a sus víctimas; ella se limita a ir chupándoles la vida poco a poco, lo suficiente como para poder estar ella bien y sin llegar a matarlas. Total, las víctimas están atrapadas en su red.

- Ya veo.

- Respecto a las demás arañas, la del subtipo sanguijuela siempre tiene varias atrapadas y vegetando a la vez en su tela.

- ¿Varias?

- Por supuesto. Tener atrapadas a diferentes víctimas de las que ir alimentándose aumenta considerablemente las opciones de supervivencia, sobre todo con un estilo de vida tan poco activo y productivo como el suyo. Las arañas no hacen nada más que construir una trampa y vivir esperando a ver qué cae.

- Ya.

- Obviamente la araña que disfruta de una mejor calidad de vida es la que tiene varias víctimas atrapadas en su red al mismo tiempo. Esto le permite ir alimentándose sin agotar la vida de las mismas y le permite disfrutar de "diferentes sabores". La única preocupación que tiene es tener espacio en su tela para nuevas víctimas...

- ¿Nuevas víctimas?

- Claro. Eso le permite tener un margen de despensa y...

- ... y una nueva ilusión, ¿verdad?

- Verdad.

- Una de estas arañas no valora las víctimas que ya tiene atrapadas y de las que se ha alimentado, siempre está pensando en la próxima que llegará...

- ... o en la que está consiguiendo escapar.

- Como yo.

- Como tú.