domingo, 24 de enero de 2021

Las peores mentiras (malditas mentiras)

Afirmaba Mark Twain que hay tres tipos de mentiras: las mentiras, las malditas mentiras y las estadísticas. Sobre las últimas poco puedo decir que no se haya dicho ya, sobre todo, por personas mucho más capacitadas que yo. Sobre las primeras poco puedo decir tampoco, pero sobre las malditas mentiras, si que puedo añadir un pequeño matiz. Para mi son las peores. ¿Por qué? Porqué juegan con la ilusión del otro. Por supuesto creo que las hay de dos tipos, las conscientes y las inconscientes, intencionadas o no. Las primeras suelen ser manipulaciones más o menos burdas, pero las segundas, las segundas tienden a destrozar al que se las cree. Una maldita mentira expresa un doble vínculo, expresa un dilema implicativo que nos atrevemos a resolver, pero ilusionamos al otro, u otra, creyendo que sí. Afirmamos convencidos que vamos a hacer algo que, o no queremos hacer o nos da miedo hacer, pero luego olvidamos o nos excudamos bajo cualquier pretexto... lo que comúnmente llamamos una excusa cutre. Para que esto ocurra es necesario que la persona que mienta tengo una posición jerárquicamente superior sobre quien cree la mentira. Esto puede ser a nivel profesional, familiar o moral. Todos tenemos en nuestras vidas alguien respecto a quien nos sentimos, como mínimo, un poquito por debajo, aunque este posicionamiento sea sólo temporal o puntual. También es necesario que la persona que cree la mentira confíe en el valor de la palabra, o en la capacida de sobreponerse al miedo del mentiroso, que crea que para quien miente, él o ella es más valioso que el miedo que el otro siente... Porque hay que tener mucho valor para dar el valor adecuado a quien decimos amar. Supongo que por es este motivo que estas mentiras se dan, sobre todo, en pareja y dentro de las relaciones familiares.
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