Una de las mejores formas que creo que existen para regular el estado de ánimo sin el consumo de medicación es escuchar música. No produce cambios espectaculares pero facilita posibilidades, aprovecharlas posteriormente es cosa de cada uno.
En los últimos años la música que se edita se ha decantado hacia posiciones más sombrías, al menos en lo que respecta a la música comercial, pero parece que las cosas cambian, gracias a Scissor Sisters, Mika y Natasha Bedingfield, que es de quien quiero hablar hoy.
Hace un par de años publicó un disco que me sorprendió por su optimismo, sobre todo una canción que se titulaba "These words", sobre una ruptura sentimental, y cuyo video estaba rodado en un pueblo de Andalucía.
Recientemente ha subido un peldaño en su fama, gracias a que una canción suya, "Unwritten", que es la que hoy nos ocupa, ha sido seleccionada por Pantene para sus anuncios.
Me gusta el optimismo que trasmite esta canción, que por otro lado es comercial y sin grandes artificios, pegadiza, y sobre todo la letra, sobre todo la idea de que lo mejor está todavía por escribir.
Como siempre, la elección es si queremos que las cosas "se escriban" o si "las queremos escribir".
En los últimos años la música que se edita se ha decantado hacia posiciones más sombrías, al menos en lo que respecta a la música comercial, pero parece que las cosas cambian, gracias a Scissor Sisters, Mika y Natasha Bedingfield, que es de quien quiero hablar hoy.
Hace un par de años publicó un disco que me sorprendió por su optimismo, sobre todo una canción que se titulaba "These words", sobre una ruptura sentimental, y cuyo video estaba rodado en un pueblo de Andalucía.
Recientemente ha subido un peldaño en su fama, gracias a que una canción suya, "Unwritten", que es la que hoy nos ocupa, ha sido seleccionada por Pantene para sus anuncios.
Me gusta el optimismo que trasmite esta canción, que por otro lado es comercial y sin grandes artificios, pegadiza, y sobre todo la letra, sobre todo la idea de que lo mejor está todavía por escribir.
Como siempre, la elección es si queremos que las cosas "se escriban" o si "las queremos escribir".