jueves, 8 de mayo de 2008

Motivación

Una de las palabras que más se ha pronunciado y sobre la que más se ha escrito en psicología es Motivación. Con mayúscula, puesto que es muy importante, todo el mundo habla de la importancia de estar motivado, incluso en el mundo de la atención a las toxicomanías se habla de entrevista motivacional, que es aquella en la que el profesional ha de recoger y enganchar a la persona adicta y conseguir convencerla de la necesidad de que haga tratamiento. Como si no tuviese que estar ya motivada la persona por sí misma.
Una de las teorías más conocidas es la de Maslow, con su famosa pirámide de las motivaciones o necesidades, en la cual se empezaba por la base con las motivaciones o necesidades básicas y se acababa en el vértice con las de autorrealización. Si deseáis saber más, pinchad aquí.
Es una buena teoría, explicativa y sencilla, pero no sólo habla del orden de nuestras necesidades, no del origen.
Parece que por una cuestión de sentido común establecemos que la motivación es algo intrínseco, que nos moviliza a la consecución de una finalidad. Por tanto, la mayoría de las personas afirmarían que la motivación lleva a la acción. Y es verdad en la mayoría de casos, cuando nosotros estamos motivados.
Pero, ¿cómo motivarnos cuando estamos desmotivados?
Aquí es donde entra en juego una idea paradójica, ya que realmente es la acción la que lleva a la motivación. Si no haces nada nuevo no tienes nuevas referencias, y tus experiencias no aportan nada que pueda resultar mínimamente significativo. Si siempre tomas el mismo camino que lleva al mismo pueblo, no conocerás nada nuevo, y si encima el pueblo no te gusta...
De esta forma, si estoy desmotivado lo que tengo que hacer es cosas nuevas, seguramente la mayoría de ellas no me interesen ni me motiven en absoluto, pero como mínimo tendré información nueva que poder relacionar y conjugar.
La verdad es que no he conocido a nadie que se haya motivado desde la nada, siempre ha necesido un punto de apoyo, un inicio que le sirva de referente, y hay que buscarlo, hacer algo, la motivación no la venden en las tiendas. Yo siempre digo que en esta situación de desmotivación es cuando resulta conveniente comportarse como un gato de Skinner.

Claro que algunos puristas me dirán que hay que estar motivado para buscar una motivación... pero realmente me parece una excusa y no un motivo.