jueves, 28 de enero de 2010

Echar de menos

- Me sorprendió que me llamase para decírmelo, nunca me lo habría imaginado.
- ¿Porqué? ¿No os queríais?
- Sí, yo la quería mucho, pero me dejó, rehizo su vida, yo era el que lo pasó mal, el que sufrió y la echó mucho de menos... ¿Ella? debería ser feliz, ¿no es lo que quería?
- Bueno a veces los conflictos internos salen a flote cuando menos te lo esperas.
- No, hombre no, eso no, no puede ser que ahora descubra que tenía un conflicto interno cuando siempre presumió de lo segura que se sentía respecto a su decisión. Eso no lo puedo digerir.
- Dicen que el mapa no es el territorio, que el discurso no es la idea, que lo que se dice no es necesariamente lo que uno puede permitirse decir...
- Claro, ahora me dirás que puedo hacer lo que quiera...
- ¡Por supuesto! ¿No es así?
- Supongo que sí. La verdad es que si lo pienso bien, si lo analizo desde mi nueva situación, no me desagrada lo que ha sucedido.
- ...
- Mira, tal y como yo lo veo, he atravesado un desierto emocional, me he enfrentado a mi soledad y he podido ver que no era tan terrible, he podido ver que era fuerte y que podía decorar mi propio jardín y todo aquello del poema... he ido rehaciendo mi vida según lo que me parecía en cada momento, según lo que me pedía en cuerpo, y me he dado cuenta que lo de antes no era lo que quería, pero no lo sabía...
- Entonces es como si hubieséis cambiado las posiciones... Tú te has dado cuenta que hay vida fuera de lo que estabas viviendo, y ella se ha dado cuenta que la vida que ha descubierto no es tan fascinante como creía.
- Sí, eso parece. Creo que es cierto que ella me echa de menos, y prefiero esto a lo de antes, prefiero que me eche de menos a que me eche de mas.