lunes, 14 de marzo de 2011

Diagnóstico diferencial: Sanguijuela

- Creo que a mi pareja le llamarías "vampiro emocional".
- No necesariamente. Es es un diagnóstico posible. Si me cuentas más tal vez podamos realizar un diagnóstico más concreto.
- Yo lo que te puedo decir es que me deja sin fuerzas. Antes yo era una persona animada, con ganas de hacer cosas constantemente, ilusionada, pero ahora no tengo nada de eso, quiero que los días pasen y que no tenga que pensar en nada.
- ¿Qué tiene que ver todo esto con tu pareja?
- Es la fuente de todos mis problemas. Lo he intentado dejar varias veces pero es imposible. No entiendo cómo lo hace, pero siempre consigue que nos veamos, consigue que no me olvide de él...
- ¿Alguna vez habéis estado un cierto tiempo sin contacto?
- Sí, un par de veces.
- ¿Y qué pasó?
- La lía. Parece que no tiene nada más que hacer que tocarme las narices.
- Ya sabes que dos pelean si uno quiere.
- Eso parece.
- Pero no me da la sensación que sea un vampiro emocional.
- ¿No?
- No. Mira, cuando yo era pequeño pasaba las vacaciones en el pueblo de mi padre. A veces iba con un pastor y el rebaño, y pasaba todo la tarde en el campo. Yo observé que cuando llevaba los animales a beber al abrevadero, sacaba algo de un saquito que llevaba y tocaba los cuellos de los animales. Un día le pregunté que hacía, y él me contestó que le restregaba sal en el cuello a las ovejas que tenían sanguijuelas. Yo no sabía que era una sanguijuela, era un niño de ciudad, por lo que cuando llegamos al abrevadero me acerqué con más detenimiento a ver qué hacía. Entonces, después de restregar las sal me enseñó un bicho horrible que se retorcía, eso era una sanguijuela. Pero lo que más me marcó es lo que me dijo: "- Siempre se retuercen las cabronas".
- ¿Quieres decir que mi pareja es una sanguijuela?
- ¿Te chupa la sangre?
- Sí.
- ¿Te tiende emboscadas emocionales y se esconde ante el mínimo problema?
- Sí.
- ¿Se queja y se retuerce cuando no le dejas aprovecharse de ti?
- Sí.
 Pues eso.