Las decisiones se toman en función de las
circunstancias. Si éstas cambian, tenemos
el deber moral de revisar esas decisiones
circunstancias. Si éstas cambian, tenemos
el deber moral de revisar esas decisiones
- No parece que lo estés llevando muy bien…
- Creía que si la perdonaba se resolvería todo, pero la verdad
es que no hago más que continuar dándole vueltas…
- ¿Te es útil?
- Ni de coña. Es un martirio. No llevo nada bien esto de los
celos. ¿Por qué lo tuvo que hacer?
- ¿Se lo has preguntado?
- Sí. Dice que no lo sabe, que fue el momento, que fue
superior a ella…
- ¿Y te es útil esa respuesta?
- No. Pero no obtendré otra, creo…
- ¿Y te conformas?
- ¡Qué remedio! Creo que lo peor es vivir con dudas.
- ¿Quieres vivir así?
- He de ser consciente con la decisión que he tomado.
- Creo que te puedo poner un video lo comentamos y vemos si te
ayuda a valorar otros puntos de vista. Es de la serie de TV Sexo en Nueva York.
Te pongo un poco en antecedentes: Samantha está casi segura que su novio, que
le ha sido infiel en varias ocasiones, le va a volver a serlo en breve, y toma
una decisión.
- Ya. Aquí parece muy sencillo…
- Sí, una película siempre tiene que exagerar algunos aspectos
para hacerlos más visibles…, pero, lo importante es si quieres seguir
manteniendo una decisión que no puedes mantener sólo por el hecho de haberla
tomado antes de las circunstancias que te llevaron tomarla cambiasen.
- Ya. Sí. Las circunstancias han cambiado. ¿Pero eso me
legitima para cambiar mi decisión?
- Si tu estabilidad emocional está en juego, sí. Son las
circunstancias las que legitiman nuestra decisión, no al revés. No tienes el
deber de cambiar tu decisión, pero si tienes el deber moral de platearte si no
es conveniente cambiarla…