Podríamos definir dos tipos de personas en función de sus prioridades: Quienes priorizan las aptitudes y quienes priorizan las actitudes.
Puede parecer una distinción simplista, soy consciente de ello, pero cuando nos detenemos a observar las implicaciones en el mundo de las relaciones de pareja, vemos que no.
Las personas que priorizan las aptitudes tienden a evaluar al resto del mundo en función de su capacidad, en función de aquello que son capaces de hacer bien. Esto les lleva a pensar que hay dos tipos de personas: los capaces y los incapaces. La inmensa mayoría de personas que se adscriben al grupo de priorizadores por aptitud se perciben a sí mismos como capaces (aunque siempre podríamos encontrar algún humilde que no lo haga) y consideran a quienes priorizan por actitud como incapaces, a menos que estos le demuestren lo contrario. Por tanto, se sitúan en un plano o nivel superior al resto. Se sitúan ellos mismos, no perdamos eso de vista.
En cambio, las personas que priorizan la actitud tienden a pensar que hay dos tipos de personas, personas con potencial o sin él. El problema que tienen los "actitudinales" es que están muy sesgados y tienden a creer que casi todo el mundo es "potencialmente mejor de lo que es", y como estos afirman que son capaces, los ven superiores.
Por tanto, cuando un aptitudinalista y una actitudinal mantienen una relación de pareja, debido a que cada uno prioriza una parte de la realidad humana, se produce una situación de incomunicación que puede llevar al sufrimiento del actitudinalista. ¿Por qué? Porqué el actitudinalista tiende a enfrentarse, buscan cambios y desean mejorar, buscando, sobre todo, verse tan capaces como proyecta ser su pareja aptitudinalista. Creen que se relacionan con alguien que está en un nivel superior y se frustran (y se culpan) cuando la relación no funciona.
¿Cómo pueden salir de este bucle? Tomando conciencia.
¿De qué tienen que tomar conciencia? De que son ellos los que realmente están en un nivel superior.
¿Por qué? Porqué siempre estarán en un nivel inferior quienes pueden y no quieren.
La solución, en la mayoría de casos, no es subir de nivel, es valorar el nivel correcto de nuestra pareja, y si es necesario, bajarl(a) de nivel.
