- ¿Esto no me lo habías podido decir antes?
- ¿Para qué lo querrías haber sabido antes?
- Pasa sufrir menos. Podría haberme ahorrado tiempo.
- ¿Qué te hace pensar eso?
- Hombre, si me lo hubieses dicho hace unas semanas ya habría tomado la decisión y estaría mejor.
- ¿Tú crees que eso es lo que habría pasado?
- ¡Por supuesto!
- ¿Crees que no te lo había dicho nadie antes? Porque se me hace difícil creer que eso sea así.
- Lo recordaría.
- ¿Recuerdas todo lo que se te dice?
- Recuerdo lo importante.
- ¿Cómo sabes qué es lo importante?
- Pensándolo mucho.
- ¿Es posible que tu forma de pensar haya cambiado con los años? Quiero decir, ¿es posible que lo que antes considerases importante ahora ya no lo sea y viceversa?
- Supongo que sí, no lo puedo saber todo...
- Entonces, es posible que te lo hayan dicho antes y no lo hayas considerado importante por error, ¿no?
- Dicho así...
- ¿Qué es más importante lo que te dicen o aquello que estás preparado para oír?
- Lo que me digan lo podré valorar, ¿no?
- Sólo si estás preparado para hacerlo...
- Pero entonces, ¿no puedo hacer nada?
- Prepararte. Abrir tu mente, dejar de valorar lo que tú consideras importante y comenzar a valorar por qué los demás consideran importante lo que dices.
- Ya veo...
- ¿Consideras que he contestado tu pregunta inicial?
- Creo que sí. Supongo que consideraste que no estaba preparado para recibir esa información...