lunes, 27 de julio de 2015

Las reglas del juego

- Lo que parece no entender nadie es que ahora yo soy quien controla. Si quiero hacer algo con él lo hago, si no, no. Y punto. Ha cambiado el juego, le guste a quien le guste.
- Ya... Lo que ocurre es que hay juegos a los que es imposible jugar porque no conoces las reglas...
- ¡Y tanto que las conozco! He estado con él demasiado tiempo como para no conocerlas.
- Sufrir a alguien en pareja no quiere decir que le conozcas, ni siquiera quiere decir que conozcas como juega.
- El juego es el juego. Yo fallé durante años, pero ahora es él quien va por detrás de mi. Ahora soy yo quien dicta las condiciones. ¿No ves lo tranquila que estoy?
- Creo que no es tranquilidad la palabra que mejor te describe, es seguridad.
- ¿Y qué tiene eso de malo?
- Jugar a un juego con seguridad quiere decir que controlas o no, y generalmente es no. Y aún en el caso de que controlases, un juego así no es interesante que lo aprendas, porque te impide jugar a otros juegos... no sé si me explico.
- Antes de conocer otra gente quiero demostrarme que puedo jugar y ganar en este. Nunca supe jugar a damas pero, esta partida la voy a ganar...
- El problema no es a lo que tú deseas jugar, el problema puede ser que él esté jugando a otra cosa y tú no te estés enterando, porque en el mismo tablero en el que juegas a damas él puede estar jugando a ajedrez.
- ¿Y qué más da?
- Los movimientos que te permite tu juego son más limitados, más concretos. En cambio, él puede hacer movimientos mucho más elaborados, puede diseñar estrategias más complicadas en lñas que tú no puedes adivinar el beneficio, pero él sí...
- Ya... ¿Cómo sabría que eso es así?
- No es fácil, pero un indicador posible sería observar su grado de incomodidad.
- Yo le veo bien...
- Pues eso podría ser señal de que está jugando a su juego y no al tuyo, y en su juego los beneficios son diferentes, pero las perdidas serán siempre tuyas...