lunes, 5 de septiembre de 2016

Parejas Complementarias (que no completas)

En el ideario de muchas personas existe el concepto de complementariedad como un elementos necesario y suficiente para asegurarse el éxito en una relación de pareja.

"Tú me complementas" es la frase que el personaje de Renee Zellweger le repite al de Tom Cruise como un mantra en la película Jerry Maguire. Se lo repite tanto que al final lo convence. Claro.


Lo divertido, aunque cruel, de la historia es que algunas personas confundieron complementar con completar, porque creen que una pareja que se complementa es una pareja completa. Y claro, van por la vida diciendo: "quiero alguien que me complemente".

Por lo tanto, tendríamos que puntualizar que complementar no significa que tu pareja esté ahí para lo que te haga falta o para donde tú no puedas/deseas/seas capaz de llegar. Eso es egoísmo. "Compleméntame que yo solo/a no puedo" "compleméntame para que esté completo/a".

Pero es que ni siquiera la complementariedad es algo deseable en sí mismo. La complementariedad en pareja debe darse desde el respeto y el reconocimiento del otro, porque la complementariedad sin respeto puede transformarse en un bucle infinito de malestar. Por ejemplo, la dominancia y la sumisión (cuando no son buscados), la dependencia y la codependencia, el narcisismo y la dependencia fóbica...

Porque no nos engañemos, hay parejas que se complementan perfectamente, haciéndose daño en un baile extenuante en el que nadie está invitado salvo como espectador. Y un buen espectador puede llegar a disfrutar del baile sufriente de una pareja complementaria mientras murmura para sí: "Míralos, ¡qué perfectos! Si es que se merecen el uno al otro"...